11 noviembre 201609:10
El 10 de noviembre es la única fecha del calendario en la que nunca se produjo un atentado. Es el motivo de que, en 2010, fuera elegido como Día de la Memoria, una jornada para rendir homenaje y recordar a las víctimas del terrorismo. Por séptimo año, Irun se sumó ayer a esta conmemoración, con la unidad como una de las señas características del acto que se celebró en la ciudad.
Todos los grupos políticos con representación municipal, PSE, Sí se Puede Irun, EAJ-PNV, EH Bildu y PP, participaron en el homenaje que se celebró junto al monolito en recuerdo de las víctimas del terrorismo, situado en la avenida Iparralde. A los concejales de la Corporación se sumaron familiares de víctimas y ciudadanos; en total, cerca de una treintena de personas.
El acto fue sencillo pero al mismo tiempo emotivo: bajo la lluvia que empezó a caer al mediodía, justo al comienzo del homenaje, los asistentes se concentraron guardando unos minutos de silencio. Posteriormente, el alcalde, José Antonio Santano, acompañó al hijo de Alejandro Hernández Cuesta, Alejandro, hasta el monolito para depositar allí un centro floral a modo de ofrenda.
Tras finalizar el homenaje el alcalde destacó «la unidad» con la que se celebró el acto. Irun es una de las ciudades, «desde hace unos cuantos años», en las que todos los grupos políticos se unen en el Día de la Memoria, algo que no ocurre en otras localidades o instituciones.
José Antonio Santano definió el sentido de esta jornada como «un doble compromiso». Por una parte, «con el sufrimiento injusto de las víctimas, y para no pasar la página sin haberla leído bien y sin saber realmente qué es lo que ha sucedido». Pero el 10 de noviembre significa también «un compromiso de futuro, para que sean las vías pacíficas, la palabra y el diálogo, las herramientas con las que dilucidar diferencias», de modo que «nunca más alguien pretenda imponer por la vía de la violencia o a través del terrorismo opiniones, ideas o formas de ver las cosas en nuestro país», concluyó el alcalde.