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Francia ha devuelto a la Policía este verano a 264 migrantes que habían cruzado la frontera de Irun PDF Imprimir E-mail
Escrito por Administrator   
Viernes, 31 de Agosto de 2018 10:40

Noticia publicada en Diario Vasco, el viernes día 31 de Agosto de 2018.

Francia ha devuelto a la Policía este verano a 264 migrantes que habían cruzado la frontera de Irun

Agentes de la Gendarmería interceptan en Behobie a un grupo de migrantes a pocos metros de la frontera de Irun./ARIZMENDIGráfico
Agentes de la Gendarmería interceptan en Behobie a un grupo de migrantes a pocos metros de la frontera de Irun. /ARIZMENDI

EL NÚMERO DE ENTREGAS ENTRE CUERPOS POLICIALES SE HA CUADRUPLICADO ENTRE JUNIO Y AGOSTO RESPECTO A LO HABITUAL DESDE | SOS RACISMO DENUNCIAN QUE LA CIFRA SUPONE «UNA PEQUEÑA PARTE» DE LAS EXPULSIONES YA QUE OTRAS TIENEN LUGAR SIN AVISAR A LAS AUTORIDADES

Gaizka Lasa
GAIZKA LASASAN SEBASTIÁN.Viernes, 31 agosto 2018, 09:33
La intensificación de la presión migratoria en la frontera de Irun durante el verano tiene su traducción numérica: 108 subsaharianos con destino a Francia han sido devueltos en julio por la Gendarmería a la brigada de Extranjería de la Policía Nacional en Biriatou y otros 80 en agosto, según fuentes policiales consultadas por este periódico. Las cifras cuadruplican las que se registraban a inicios de año: 21 enero, 20 en febrero y 28 en marzo.
Los datos confirman la impresión de que el paso de migrantes ha aumentado en los meses estivales. La estación de autobuses de Donostia, el recurso gestionado por Cruz Roja en Irun o el mismo puente internacional de Santiago han albergado en las últimas semanas sucesivos capítulos protagonizados por migrantes en tránsito hacia Francia, país que ha exhibido mano dura para hacerles dar media vuelta. Los casos detectados en Gipuzkoa, más las noticias procedentes del sur del Estado, habían advertido del incremento del fenómeno. Los datos lo han rubricado.
Los registros policiales son ya suficientemente elocuentes y evidencian el auge del tráfico migratorio, aunque el presidente de SOS Racismo, Mikel Mazkiaran, advierte de que representan «solo una pequeña parte de las devoluciones que se producen en la práctica». El responsable de la ONG apunta así hacia esas casuísticas recogidas días atrás en estas páginas en las que los migrantes eran bajados de un autobús de línea, subidos al Topo de Hendaia camino a Donostia o redirigidos a pie hacia el otro lado del puente de Santiago. Ninguna de ellas se contabiliza en el informe que eleva a 188 el número de devoluciones de julio y agosto. «Unos son entregados a la Policía y otros no, es difícil saber de cuántos estamos hablando en total», concluye Mazkiaran.
Tratando de encontrar un criterio o patrón para determinar qué migrantes son llevados a la comisaría y quiénes son, simplemente, conducidos de vuelta a territorio guipuzcoano, el presidente de SOS Racismo relata que «lo que creemos es que los que son identificados en Hendaia y alrededores son devueltos directamente, mientras que a los que se intercepta más adelante se les aplica el acuerdo hispano-francés y se les entrega a la Policía». Este pacto se ha establecido para personas que se encuentran en suelo francés dentro de un margen de cuatro horas después de haber cruzado la frontera.
Pese al incremento en el número de devoluciones, las fuentes policiales aseguran que «no se han producido grandes aglomeraciones, ni causado problemas de convivencia en la zona fronteriza». Vaticinan además que «la presión va a menos», a tenor de la veintena de devoluciones menos que ha habido en agosto respecto a julio. Desvelan, eso sí, que Irun no es el único punto de paso elegido por los migrantes para cruzar a territorio francés.
Mazkiaran relativiza los datos policiales a la hora de tratar de obtener una radiografía de la situación migratoria actual en la muga. «Las devoluciones que se practican en aplicación del acuerdo entre Estados siguen un procedimiento aceptado, y si se ha definido esa pauta reglada quiere decir que es necesario que se formalicen esas devoluciones. Lo que no es de recibo es lo otro. Lo que no consta en ningún lado». Detrás de la convicción de que las cifras policiales se quedan cortas se encuentra la tesis de que «no hay medios humanos y materiales suficientes para devolver a todos los migrantes en tránsito».

Acuerdos de expulsión

En cuanto a lo que ocurre con quienes son entregados a la Policía, Mazkiaran explica que «se les inicia un expediente de expulsión porque han entrado por la frontera sur y ya tienen una orden de devolución. Ahora bien, es muy extraño que queden detenidos. Se les deja con una documentación que indica su estado y pueden pasar meses hasta que ese expediente culmine en un acuerdo de expulsión».
A partir de ese momento de quedar libres, la mayoría de los migrantes vuelve a intentar cruzar la frontera para proseguir con su viaje, tal y como se desprende del «sondeo poco científico que hacemos en el recurso de Irun», dice Mazkiaran. Esta circunstancia dificulta la asistencia del letrado que se les asigna. Además, aunque el expedientado logre llegar a su destino, «el acuerdo de expulsión se aplica en todo el espacio Schengen. Esto se traduce en que si un migrante es interceptado en Bélgica, la Policía belga no le tiene que volver a expedientar». Lo habitual es que acaben embarcando en uno de esos vuelos conjuntos que se fletan a países concretos.
Un acuerdo entre España y Francia permite las devoluciones en las primeras cuatro horas
La Policía abre a los migrantes un expediente de expulsión que tarda meses en resolverse
Por otra parte, los migrantes que salen de la comisaría y deciden quedarse por Irun durante un tiempo generan una necesidad humanitaria que ha sido objeto de análisis entre las instituciones locales. Después de que el martes el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento irundarra anunciaran la apertura de un espacio con 25 plazas para atender a mujeres, niños y colectivos especialmente vulnerables, el miércoles se dio a conocer que la localidad fronteriza contará con un solo recurso unificado en el albergue de Martindozenea para acoger a las personas que recalan en Gipuzkoa como parte de su viaje migratorio. El alcalde de Irun, José Antonio Santano, señaló ayer que «lo que se ha propuesto por parte de las instituciones es un recurso que creo que va a ser el definitivo a la hora de abordar lo que puede venirnos en las próximas semanas». No obstante, consideró que «los datos que estamos manejando son de un movimiento, en principio, cada vez menor».
También el diputado general, Markel Olano, quiso referirse a esta realidad. Manifestó que le preocupa la «dignidad», tanto de las personas migrantes que están en tránsito, como de las que decidan quedarse en el territorio. Aseguró que Gipuzkoa les prestará «toda la atención» que, según precisó, «tiene que estar encaminada a que tengan una atención personalizada, reciban una formación adecuada y luego puedan acceder a un trabajo digno».
 
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