El Plan de Barrio 'San Miguel 2025' pasa a la fase de aprobación y definición

La cooperativa de planificación territorial Hiritik At y la Asociación de Vecinos de San Miguel lanzaron a comienzos de mes su propuesta participativa 'San Miguel 2025, el barrio que queremos', con el objetivo de que el vecindario defina el futuro de esta zona a unos años vista.

«Hemos llegado al punto clave del proceso de nuestro plan», informaban ayer desde Hiritik At. «Es el momento de tomar decisiones». Se creó un grupo motor de residentes en San Miguel para dinamizar el proceso. Hubo una ronda de encuentros con los colectivos del barrio para recoger sus impresiones y sus propuestas y un foro abierto para recabar también aportaciones directamente del vecinadario. «Ahora hay que priorizar, teniendo en cuenta la urgencia y el carácter estratégico de las propuestas y la factibilidad de las mismas».

Atendiendo a toda la información recopilada, «las necesidades y exigencias del barrio se han agrupado en siete áreas: Urbanismo e Infraestructuras; Interculturalidad; Juventud; Género; Economía de Barrio; Tercera Edad y Seguridad. Hay una visión clara y hay propuestas concretas. Algunas en forma de petición al Ayuntamiento y otras en forma de dinámicas que hay que poner en marcha por parte de los propios vecinos y vecinas». Para jerarquizar y ordenar el plan se ha convocado una reunión abierta a todo el mundo el día 20 de noviembre, a partir de las 19.00 horas, en la sala de actos del Colegio San Vicente de Paul (C/Hondarribia 23).

Tras este paso «lo que queremos que sea San Miguel quedará definido y faltará la redacción y la presentación abierta al barrio», señalaron desde la cooperativa.

Sus miembros recordaron que este proceso «nació de la necesidad de agrupar demandas y redes en el barrio por parte de la Asocciación de Vecinos de San Miguel y de tener un plan integral para el barrio». La propia Hiritik At, como una iniciatica nacida en San Miguel, asumió el compromiso de acompañar el proceso y de asesorar en cuanto fuera necesario. La financiación de la Diputación Foral de Gipuzkoa, «obtenida mediante concurso», terminó de posibilitar el proyecto.