Condenan a un taxista de Donostia por transportar migrantes de Irun a Francia

El Tribunal Penal de Baiona ha condenado a 9 meses de prisión a un taxista de Donostia por introducir ilegalmente a migrantes subsaharianos en suelo francés. El conductor, de 58 años, está acusado de trasladar desde Irun a Baiona a 328 personas en su vehículo, en 82 viajes realizados entre julio de 2018 y abril de 2019. La Gendarmerie le arrestó el pasado 6 de abril en Baiona, y un mes después ha dictado sentencia.

La investigación por este caso se inició en julio del año pasado. Según informa el periódico galo Sud Ouest, un vecino de Baiona alertó a la Policía por sus sospechas de que un vehículo pudiera estar transportando migrantes desde Euskadi. El testigo afirmó haber observado en varias ocasiones una Volskwagen Touran en la Place des Basques de la localidad francesa de la que bajaban hombres de nacionalidad subsahariana. Muchos migrantes en tránsito viajan hasta Baiona para poder proseguir su viaje hacia el norte de Francia en autobús.

La policía gala comenzó a seguir su rastro y las cámaras de seguridad revelan que el taxista realizaba varios viajes al día con cuatro personas a bordo. Los agentes consiguieron interrogar a dos de esos migrantes, quienes explicaron que una persona en Irun les había organizado el viaje previo pago, y que ellos habían tenido que pagar también el traslado, a 100 euros por cabeza. La Policía gala calcula que esta trama de tráfico de personas habría generado unos beneficios de 16.400 euros.

El taxista, domiciliado en Donostia, realizó un total de 82 viajes entre julio de 2018 y abril de 2019, en los que trasladó a 328 migrantes de forma ilegal desde la estación de tren de Irun hasta la Place des Basques de Baiona. El Fiscal considera que el conductor fue cómplice consciente de dicha trama.

Por su parte, el abogado defensor afirmó que su cliente no estaba al tanto de la situación irregular de las personas a las que trasladaba y que no pudo comprobar sus documentos de identidad. «¿Qué se pensaría de un taxista que pide la documentación a unas personas de color?», argumentó. El letrado señaló que Renfe conecta a diario Irun y Hendaia y que son muchos los migrantes que utilizan ese medio de transporte para llegar hasta Francia. «Sin embargo a nadie se le ha ocurrido perseguir a Renfe o a un hotelero que alquila una habitación a un documentado», insistió.

No obstante, los esfuerzos de la defensa por demostrar la ausencia de implicación en esta trama de tráfico de personas fueron inútiles. El Tribunal Penal de Baiona dictaminó el pasado lunes que el acusado participó conscientemente en el contrabando de migrantes. El taxista ha sido condenado a nueve meses de cárcel, una sentencia que podrá apelar en un plazo de diez días.

Esta no es la primera red de tráfico de personas que la policía transfronteriza desmantela desde que se desatara la crisis de los migrantes en tránsito en Euskadi. Desde que en junio del año pasado decenas de personas, la mayoría de origen subsahariano, comenzaran a amontonarse en Irun a la espera de tener una oportunidad para cruzar la frontera, las mafias empezaron a proliferar consientes de la oportunidad de negocio que se les brindaba.

En agosto del año pasado la Policía Nacional desmanteló una red de tráfico de personas que introducía migrantes subsaharianos en patera por el sur de la Península para su traslado final hasta Francia. Siete personas fueron detenidas por introducir a casi 300 migrantes en el país galo de forma ilegal. Esta trama también utilizó a un taxista guipuzcoano para realizar los traslados. Se trata de un conductor de Pasaia que fue arrestado y condenado a cuatro meses de prisión. El taxista recogía a los migrantes en la estación de autobuses de Donostia. Se calcula que se embolsó unos 9.000 euros por los viajes.

En otra operación la Policía Francesa detuvo en noviembre a dos personas que habrían introducido en Francia a medio millar de migrantes palestinos, quienes pagaban hasta 8.000 euros por el traslado. La semana pasada la Policía nacional desmanteó un grupo criminal que pasaba migrantes de forma clandestina en la frontera, a los que cobraba entre 40 y 100 euros. Cuatro personas fueron detenidas.