El tratamiento de las balsas de purines de Olaberria comenzará en enero

Las cuatro balsas para la depuración de purines de los antiguos cebaderos de Montero serán recuperadas durante los próximos meses. Escondido en el verde del valle de Olaberria, este problema se había dejado de lado durante de décadas, desde que se cerró la empresa, hace casi 30 años. En la quiebra del negocio, al Ayuntamiento le cayó esta parcela en la que se habían ido acumulando residuos de los animales que criaba Montero. En la década siguiente, recordó el alcalde, José Antonio Santano, Servicios de Txingudi hizo sus propios vertidos en el ámbito, «aguas residuales de la limpieza de la red de saneamiento», aproximadamente el 33% de lo que ahora hay que gestionar.

Fue sólo un añadido a un espacio cuya gestión ya era complicada y aquí complicada significa, básicamente, cara. La advertencia sobre el alto coste y, a su vez, las solicitudes de la oposición para encararlo han visitado los plenos municipales durante años, pero hasta esta década no se dieron pasos formales. En 2016, tras un convenio con el Ayuntamiento, Servicios de Txingudi caracterizó las aguas y los lodos de las balsas. Después, Girder Ingenieros y Haginpe Medio Ambiente redactaron, por encargo de la Mancomunidad, el proyecto de tratamiento. La estimación de coste se concretó en 1,7 millones de euros y comenzó la búsqueda de financiación.

El Ayuntamiento ha llevado la aportación de recursos propios a los 736.000 euros; Servicios de Txingudi, implicado en la operación por los vertidos que realizó allí, añade 245.000 euros. «Los 750.000 restantes se los pedimos al Gobierno Vasco, concretamente a la Agencia Vasca del Agua Ura», relató ayer Santano. «Esta semana hemos firmado el convenio de financiación».

Ahora que todo el dinero está ya sobre la mesa «la obra va a poder empezar en cosa de unas semanas», el tiempo necesario para preparar el papeleo y firmar el contrato con la empresa Excavaciones Peru, a la que se adjudicó la obra allá por mayo. «Quisimos tenerlo todo preparado para que en cuanto tuviéramos la financiación pudieramos ponernos a trabajar», explicó el alcalde, que apuntó también que la gestión y la dirección de los trabajos las asumirá Servicios de Txingudi.

Tras esta actuación de recuperación ambiental del ámbito, cercano al caserío de Urune y de cuyo nombre se ha apropiado, vendrá una segunda «de mucho menor coste. Se trata de que esta zona sirva de lugar de paso o de estancia para la ciudadanía», conforme a lo que se pactó en su momento y viene recogido en un Plan Especial de Protección del Valle de Olaberria. El documento empezó a redactarse en febrero de 2016 y aún no se ha aprobado. «Ya tenemos el Avance, que va a ir al Consejo Asesor de Urbanismo en el mes de enero, y un documento de Impacto Ambiental que ya está aprobado por el Gobierno Vasco».

Que el plan esté en trámite «no nos ha impedido avanzar en medidas de recuperación del valle de Olaberria, como en este caso de las balsas», remarcó Santano. «El plan tiene un objetivo conservacionista, manteniendo lo que está bien y recuperando los espacios degradados para usos compatibles con un valle de las características de éste». Si bien las balsas de Urune es uno de los espacios más degradados, Santano advirtió que en el Plan se recogerán «otras inversiones que van a ser más costosas. Vamos a tener que buscar recursos y no será fácil».