El nuevo arrendador prorroga por un año el alquiler al matrimonio irunés desahuciado

El nuevo arrendador, Promontoria Coliseum, ha comunicado al matrimonio irunés de jubilados que había sido desahuciado que su contrato de alquiler será prorrogado por un año, hasta el 24 de enero de 2022. La comunicación se ha realizado a través de un burofax, que anula el anterior, enviado el 1 de septiembre, por el que Solvia instaba a Miguel Ángel y Oliva, de 78 y 75 años, a desalojar su vivienda el 24 de enero y a entregar las llaves, bajo la advertencia de ser penalizados y objeto de la incoación de una demanda por finalización de contrato.

El matrimonio había garantizado el préstamo hipotecario de su hijo con su vivienda ya pagada, pero al no poder hacer frente a las cuotas firmaron la dación en pago de su vivienda y un contrato de alquiler social por tres años, hasta el 24 de enero de 2021.

Según informaban ayer Stop Desahucios, Alokairu Benta Berri e Inquilinos Azora, la prórroga del alquiler ha llegado «después de la concentración, del apoyo institucional recibido, de las numerosas muestras de solidaridad de vecinos de Irun y de la intermediación del alcalde de Irun, que ha dirigido un escrito al arrendador instándole a que les garantice su estabilidad con la firma de este contrato, con una duración máxima de 10 años».

Más movilizaciones

Las tres plataformas anuncian más movilizaciones «para que cuanto antes Miguel Ángel y Oliva firmen un nuevo contrato de alquiler social por siete años, que les dé estabilidad y seguridad en esta última etapa de sus vidas».

El nuevo arrendador del matrimonio irunés «no es Solvia-Sabadell, sino la Sociedad Promontoria Coliseum, filial del fondo buitre Cerberus, quien ha comprado en diciembre de 2020 a Solvia-Sabadell activos por valor de más de 9.000 millones de euros», explican desde Stop Desahucios, al tiempo que denuncian que en los dos últimos años «los fondos buitre Cerberus, Lone Star, Blackstone y Azora» se han convertido «en los grandes caseros del Estado, a los que hay que enfrentarse allá donde pongan sus garras».