Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 10 de Marzo de 2021.

Irun aprueba el presupuesto municipal sin votos en contra

Las enmiendas de la oposición elevan en un millón la propuesta inicial del Gobierno para una previsión de gasto que se llega hasta los 77,6 millones

Melida (EH Bildu) conversando con el alcalde Santano antes de empezar el Pleno y, tras ellos, Manrique (PP) y Páez (PSE) / . F. DE LA HERA

IÑIGO MORONDOIrunMartes, 9 marzo 2021, 19:09

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El Ayuntamiento de Irun ha aprobado este martes el presupuesto municipal para el año 2021. Lo ha hecho a las cinco y media de la tarde después de una sesión que arrancaba a las 9.00 horas. La cuantía final del presupuesto ha alcanzado los 77.583.414 euros después de que durante la sesión las 30 enmiendas parciales aceptadas hayan elevado en 1.043.000 euros el borrador inicial del Gobierno.

Los números dan muestra de que el Gobierno de coalición entre Socialistas de Irun y Podemos-IU, pese a sumar mayoría plenaria, no se ha dejado esfuerzos en el tintero para llegar a acuerdos con PNV, EH Bildu y PP, los tres grupos de la oposición. La negociación ha permitido a estos partidos sacar adelante algunas de sus propuestas y ganarse el compromiso de que otras serán tenidas en cuenta en una nueva ronda de conversaciones que «se va a abrir de aquí a unas semanas cuando tengamos las liquidaciones del presupuesto de 2020 y de las aportaciones del Fondo Foral, del que ya sabemos que tendremos dos millones más de lo esperado», ha adelantado el delegado de Hacienda, Miguel Ángel Páez. Esa nueva negociación para afrontar una muy cercana modificación de créditos que se presupone cuantiosa ha sobrevolado toda la sesión y, al parecer, también las mesas negociadoras de estas últimas semanas.

Con todo ese diálogo y los acuerdos derivados con los tres grupos, el Gobierno ha sacado la posibilidad de «enriquecer el presupuesto» y, en términos más prácticos, evitar los votos en contra. Aunque las cuentas han salido adelante con el apoyo de los dos grupos gobernantes, la abstención del resto, por inhabitual, puede leerse como un aval para el trabajo de un Gobierno que ostenta mayoría absoluta.

Las tres abstenciones deben entenderse en claves muy diferentes. El PP ha sido generoso en elogios y, aunque emplazando al Gobierno a las próximas conversaciones, ha asegurado que el delegado «se ha ganado no recibir ni un voto en contra». EH Bildu por su parte ha mencionado el «acuerdo alcanzado» con el Gobierno que se ha cerrado «prácticamente justo antes de empezar el pleno» y que, ha recordado, incluye la incorporación de 582.000 euros en las cuentas de este año y el compromiso de 1,4 millones en plurianuales ligados con la promoción de vivienda pública.

Es el PNV el que ha exhibido un discurso más alejado del resto, tanto que si las valoraciones se hubieran hecho antes de la votación en vez de después, los presentes en la sala habría apostado a que iba a votar en contra. Sus críticas a la manera en la que el Gobierno ha formulado el presupuesto, «renunciando a utilizar todo el déficit que la normativa nos permitía este año» y la acusación al PSE de que está «escorado por los acuerdos con Podemos y Bildu , alejado de la moderación», sólo han tenido contrapunto en la insistencia jeltzale en que «nos comprometimos a arrimar el hombro y buscar la unidad de acción». Han asegurado también que sus enmiendas tenían el objetivo de «utilizar todos los recursos disponibles para completar y reforzar el borrador del Gobierno», del que no querían quitar nada pero que «no está a la altura de lo que Irun necesita».

El Gobierno, lógicamente, ha valorado las cuentas aprobadas de manera muy distinta. Elkarrekin Podemos IU lo ha definido como un «presupuesto realista con proyectos tangibles y realizables», fruto de la negociación y el acuerdo «a pesar de que la aritmética era simple. Pero es así como entendemos el trabajo institucional», han reivindicado. Los socialistas han destacado como bondad del dictamen aprobado que no recibiera votos en contra y sí «valoraciones positivas desde EH Bildu a PP» y, sobre todo, que «da a la ciudadanía tranquilidad porque tenemos capacidad para atender las necesidades de los ciudadanos». Ante las acusaciones jeltzales de no recurrir a todo el déficit autorizado, el Gobierno ha esgrimido el argumento de la prudencia «en un clima de incertidumbre en el que no sabemos qué va a pasar y que nuevas necesidades vamos a tener que atender», por lo que consideran conveniente «dejar margen de actuación ante lo que pueda venir».