Irun no reaccionó tras el asesinato porque creía

que el joven "estaba de paso"

donostia - El Ayuntamiento de Irun tardó cuatro días en mostrar su solidaridad al entorno del joven camerunés apuñalado en el centro del municipio porque creía que la víctima "estaba de paso" y no tenía ninguna vinculación con la localidad. Napoleón Zangmeni, de 24 años y afincado en Madrid, cayó muerto de dos cuchilladas en la mañana del domingo 2 de marzo tras pasar la noche con dos amigos. La víctima, residente en Madrid, había venido a visitar a su novia, que vive en Irun. El joven africano falleció en las inmediaciones de la estación del Topo del paseo Colón, uno de los lugares más céntricos de la localidad fronteriza. Desde ese día y durante toda la semana se sucedieron concentraciones de repulsa por lo ocurrido. A pesar de ello, el Consistorio no reaccionó hasta cuatro días después, una vez que el servicio de Bienestar Social recibió la notificación de que, en realidad, el joven mantenía una relación sentimental con una vecina de Irun.

Esta fue la explicación ofrecida ayer a este periódico por la delegada de Bienestar Social del Consistorio, Maite Cruzado, que hoy, once días después de la tragedia, mantendrá un encuentro con Aveline Nfono, la novia del joven asesinado, para interesarse por su situación. A la cita acudirá también el alcalde de Irun, José Antonio Santano, y una técnico de Bienestar. La entrevista se produce un día después de que este periódico se hiciera eco del malestar que ha generado en el entorno de la víctima la falta de "gestos" por parte del Consistorio.

El chico, domiciliado en Madrid, perdió la vida hacia las 5.45 horas de la madrugada del 2 de marzo a la salida de una sala de fiestas, ubicada en la calle Cipriano Larrañaga. Al parecer, el joven recibió una cuchillada en el corazón y una segunda en la zona costal, según relató a este periódico su novia.

Las causas que provocaron el apuñalamiento resultan confusas. Napoleón había salido a pasar la noche con dos amigos. Al parecer, se produjo una discusión en el transcurso de la velada que desembocó en tragedia. La investigación de la Ertzaintza sigue abierta, por el momento, "sin novedades". El Consistorio de Irun reconoció ayer "no haber dispuesto de ninguna información", e insistió en que ni siquiera conocía el vínculo de la víctima con el municipio. "No fue hasta el jueves por la tarde cuando la Asociación Intercultural Adiskidetuak nos comunicó que se iba a celebrar una concentración. Fue entonces cuando tuvimos conocimiento de que el joven mantenía una relación sentimental con una vecina de Irun. Hemos estado atentos a lo que iba ocurriendo, pero hemos tenido poca información", se excusó.

Manifestaciones La primera manifestación en repulsa por la ocurrido se celebró el lunes, 3 de marzo, un día después del asesinato. En torno a una decena de compatriotas de la víctima coreaban gritos por lo ocurrido. Las concentraciones de repulsa se sucedieron todos los días.

A Rocío Calderón, presidenta de la Asociación Adiskidetuak, se le ha hace muy difícil hablar de lo ocurrido. Ella ha sido testigo desde el primer momento de la falta de apoyo recibido. No quiere entrar en polémicas porque mantiene una estrecha relación con el Consistorio, al que no se resiste a preguntar. "¿Y si el muerto hubiera sido una persona de aquí también tendríamos que haber avisado? ¿Por qué todo el mundo se escuda en que no se les avisó, cuando estamos hablando de una persona muerta en medio de Irun? Voy a decir más. Soy mujer, y muy sensibilizada, pero me da la sensación de que se reacciona solo ante los casos de violencia de género y parece que no pasa nada cuando el que muere es un hombre".

El lunes 3 de marzo, el primer día de manifestación por la muerte de Napoleón, se le encogió el corazón a la mujer al ver la poca gente que acudía a la protesta. "Les vi tan solos que lloré. Llovía mucho, pero me vi en la obligación de salir a apoyarles. Era la única persona blanca entre unas pocas personas de Camerún. Estarían unos seis", rememora esta abogada colombiana, que rehuye cualquier tipo de protagonismo.

El martes, 4 de marzo, una nueva manifestación hizo por la calle Cipriano Larrañaga el último recorrido que cubrió la víctima antes de ser acuchillado. El miércoles tuvo lugar otra protesta. Ese día, miembros de Adiskidetuak mantuvieron una conversación con una representante de la plataforma Bilgune Feminista, a la que trasladaron su malestar. "Ha ocurrido una muerte y no es posible que no venga nadie".

Asegura Adiskidetuak que en el municipio comenzaron a desatarse algunos rumores que vinculaban a los inmigrantes con la delincuencia, y se vieron en la obligación de redactar un comunicado, al que no se sumó el Ayuntamiento. 
No fue hasta el jueves cuando el Consistorio se interesó por la muerte del joven, y un representante del municipio trasladó su apoyo y solidaridad a la novia del joven acuchillado. l