El instituto Bidasoa está colaborando con la empresa irundarra Smaap en el diseño de un prototipo de ala delta; una colaboración que ha recibido incluso fondos europeos a través del programa A3 Innov-Mugabe y que también se presentó en Krea.

El profesor Josean Florindo trabaja de la mano con el promotor de la idea Jorge Ibargoyen. Su empresa ha desarrollado un brazo articulado para desarrollar un modelo de aprendizaje en tierra para volar en ala delta y parepente. «En el estudio de viabilidad vimos que sería interesante acompañarlo de nuestra propia ala delta para venderla a quien aprendiera a volar con nuestra máquina». Desarrollar el prototio a través de un centro de investigación «hubiera sido demasiado caro, prácticamente imposible», pero encontró la ayuda del centro formativo en el que él estudió. «Estamos desarrollando toda la piecería de la estructura del ala delta. Algunas son piezas complicadas, de cinco ejes, que se modelan en un ordenador y que necesitan maquinaria muy específica que el centro posee. Creo que estamos haciendo un gran trabajo, mejorando mucho, y que vamos a sacar al mercado algo que supere a lo que ya hay en esta gama de ala delta. Trabajamos juntos en el encaje de las piezas en la estructura de carbono, en el diseño de la estructura, en la aerodinámica... Y en el futuro podríamos seguir desarrollando juntos nuevos prototipos más avanzados». Este primero, Makazaga, será presentado a homologación en unos seis meses y después podrá empezar a producirse y distribuirse.

Desde que a través de su módulo de topografía el Instituto Bidasoa entró en contacto con las aeronaves no tripuladas (UAV por sus siglas en inglés), no ha parado de trabajar en el desarrollo de sus usos potenciales. Adquirió uno de estos drones y, gracias a un proyecto desarrolado en 2012 con fondos del Gobierno central y en colaboración con empresas y otras comunidades, ha podido profundizar en esa investigación. Una de las aplicaciones prácticas que más interés ha despertado ha sido su uso en agricultura mediante el añadido al aparato de una cámara multiespectral. «Nos permite ver el estado de cada planta», explica Alberto Arranz, profesor responsable del proyecto que está desarrollando el centro con la bodega Hiruzta de Hondarribia, financiado por fondos europeos desde el programa A3 de Innov Mugabe. «Abonamos más unas líneas, otras menos, otras aún menos... Y vemos cuáles son las plantas que mejor responden. Lo mismo con el riego, los pesticidas y otras variables. Algunos resultados están siendo inesperados»; es decir, ya están sirviendo para mejorar. Todo ello fue presentado durante la feria Krea.

Otro uso potencial del dron está asociado a una cámara termográfica. «En un sólo vuelo, el UAV daría una imagen térmica del edificio, por dónde pierde calor». El Instituto Bidasoa se va a hacer con una de esas cámaras. «Al principio, muchas empresas topográficas nos pedían que les enseñaramos los usos del dron. Ahora también empresas agrícolas. Y empezamos a tener demanda de ingenierías, constructoras, aparejadores... por el tema de la eficiencia energética y creemos que es un campo que podemos desarrollar y en el que formar a nuestros alumnos».

El profesor del instituto Bidasoa Juan Carlos Miqueleiz, está desarrollando, para la empresa local Conatec, una mejora en sus controladores de temperatura para hornos de panaderías. Se trata concretamente de «dar vida a una serie de elementos. Fundamentalmente, un microcontrolador y una pantalla TFT táctil y a color». El pasado año, centro y empresa ya compartieron un proyecto para sustituir los teclados de pulsación (los habituales) por los de tipo capacitivo (como los de una vitrocerámica). Ahora, están buscando la evolución a una pantalla a color que sustituya las de blanco y negro, que pueda representar gráficamente los sucesos de temperatura que controla y que se puedan manejar estos con tecnología 'touch screen'.

«Conatec», asegura Miqueleiz, «tiene su propio departamento de I+D, pero también muchos ámbitos en los que busca innovar. Nosotros intentamos ayudar en la resolución de un problema concreto, en una cuestión muy práctica», y lo hacen, además, con ayuda de un Cheque + Innova concedido por la empresa pública vasca Spri. El proyecto tiene, como siempre, doble vertiente. Está el ayudar a empresas de la zona a ser más competitivas y también «el poder traer estas tecnologías al centro y que los alumnos las conozcan; estar al nivel técnológico de las empresas más punteras y por encima de muchas otras».

Son algunas de las preguntas que se escucharon o pudieron leerse en los carteles instalados en la Feria de Emprendizaje, Innovación y Creatividad-Krea Bidasoa, celebrada el pasado miércoles en Ficoba. Para la inmensa mayoría de los participantes y visitantes de la feria, la respuesta a estas preguntas fue: «No, no lo sabía».

En Irun, en la calle Hilanderas, está Calzanor, una empresa de diseño y fabricación de alpargatas cosidas a mano, con mercado internacional. En Arretxe-Ugalde, se encuentra Sellex, una empresa de fabricación de mobiliario con alto contenido en diseño, que tiene colocadas sus sillas, mesas y camas por medio mundo y que ha obtenido numerosos reconocimientos, entre ellos el Premio Nacional de Diseño y el 'Best of NeoCon Innovation Award', de la Feria de Chicago. En el polígono industrial de Ventas, está Plásticos Alai, una empresa de transformación de plásticos, perfilería y suelos que tiene una patente europea.

Son sólo tres ejemplos de las más de 120 empresas presentes en Krea-Bidasoa. Darse una vuelta por la feria resultó reconfortante, en estos tiempos en los que sólo emergen noticias sobre la feroz crisis económica y en los que no alcanzamos a ver cuándo se cumplirá la sentencia de que siempre que llueve, escampa. Ficoba se convirtió el miércoles, no sólo en un refugio frente a este mayo invernal, sino también en una especie de oasis económicamente ilusionante.

En Krea se dieron cita empresas que, aun sufriendo dificultades, siguen diseñando y fabricando productos únicos y centros de formación que apuestan por poner el talento y el conocimiento al servicio de los emprendedores. Unos y otros explicaron a los asistentes las particularidades de sus proyectos y de sus productos, como Iñigo Intxausti, de Plásticos Alai, quien sobre una muestra instalada en el suelo de Ficoba dijo que el Mlook es «un producto fabricado íntegramente en nuestras instalaciones». Se trata de un suelo de material plástico «sobre el que imprimimos con una impresora digital el acabado deseado: imitaciones a madera, textiles o cualquier tipo de dibujo y luego lo recubrimos con una capa de poliuretano. En enero, presentamos el producto en Hannover, en la feria de suelos más importante del mundo, y la verdad es que ha tenido éxito. Tenemos la patente europea y creemos que Europa es un mercado más que suficiente para una empresa como la nuestra».

Entre los asistentes a la explicación, el alcalde de Irun, José Antonio Santano decía que es «ilusionante ver a gente que tiene ideas y que las está desarrollando contra viento y marea. Hay productos que se crean, se diseñan y se fabrican en la comarca y que están en medio mundo y en actividades que uno ni se imaginaba».

Juan Mari Altuna, vicepresidente de Bidasoa activa, por su parte, destacó el crecimiento de Krea «año tras año. En la comarca, hay muchos emprendedores y proyectos que la ciudadanía desconoce. En la actual situación, hay gente que mantiene la ilusión y sale adelante y desde la administración tenemos que seguir impulsando este tipo de acciones».