Hace ya años que en Irun se venía hablando de la necesidad de hacer algo con el viejo frontón Uranzu. El histórico recinto es utilizado tanto por el club de pelota Kurpil Kirolak como por, entre otros, el Club Deportivo Bidasoa de balonmano, ya que algunos de sus equipos de base entrenan y compiten aquí. Y hay que recordar también que aquí jugó el primer equipo desde su fundación, hasta el traslado a Artaleku, en la temporada 1986-1987, cuando ganaron su primera Liga Asobal, precisamente ayer, un 23 de mayo, hace 30 años.
En estos últimos años, el Ayuntamiento había puesto sobre la mesa la construcción de un nuevo frontón de pelota profesional en el ámbito de Iparralde-Gal, supeditado al complejo desarrollo urbanístico de esta zona, que se encuentra parado.
Finalmente, y desde hace casi dos años, la visión política ha dado un giro hacia la posibilidad de una remodelación integral del viejo Uranzu. El Consistorio ha venido trabajando el proyecto, en contacto también con los clubes deportivos implicados y otros agentes como la Asociación de Vecinos Alde Zaharra-San Juan.
PROYECTO LISTO El proyecto para la rehabilitacion integral del frontón Uranzu, “que servirá para rematar las actuaciones de mejora y revitalización de la Parte Vieja, llevadas a cabo en la plaza de Urdanibia y la calle San Marcial, esta a punto de terminarse, está listo”, según anunció la pasada semana la edil de Obras, Cristina Laborda.
Las obras, que tendrán un coste plurianual de 4,5 millones de euros y 16 meses de duración, “todavía no tienen fecha de arranque, a la espera de que Juegos y Espectáculos del Gobierno Vasco emita su informe para la licencia de actividad y con esta en la mano, se liciten y adjudiquen las obras, lo que supone un plazo de entre cuatro y cinco meses para arrancar los trabajos”, señaló la edil de Obras.
“La base del proyecto está en dar un giro al frontón y fijar su punto de entrada principal desde el parque de la Sargia, con un edificio adicional que tendrá también las escaleras y ascensores y que dará entrada al público a la altura del graderío”, detalló Laborda, acompañada de Pedro Lapazarán, director del área de Obras.
La edil adelantó que “esta renovación del Uranzu será bastante vistosa, ya que solo se van a conservar el frontis del frontón principal, la pared lateral y la cubierta del edificio, con las columnas que la sostienen, y el resto se va a tirar y volver a construir nuevo”.
El Consistorio está a la espera de un informe de Juegos y Espectáculos del Gobierno Vasco para sacar los trabajos a licitación
Otra de las novedades del proyecto será “la integración del frontón txiki de Uranzu, que actualmente funciona de forma autónoma, al recinto principal, dentro de un edificio único de 4.162,23 metros, junto con el frontón de pelota profesional, construyendo sobre él una planta de salas polivalentes, que tendrá una cristalera y vistas hacia la plaza Urdanibia”, explicó Cristina Laborda.
En el interior, el renovado Uranzu contará “con unas gradas retráctiles que facilitarán su uso tanto para jugar a la pelota, cuando estas se desplieguen, como para actividades deportivas de pista como el balonmano, con una parte de esta grada recogida”, indicó la edil.
DETALLES
Edificio único. Frontón principal y frontón txiki se integrarán en un edificio único, que tendrá una fachada con placas de chapa que reflejarán la luz de distintos momentos del día. En la calle Juncal, actual punto de entrada, se podrán ampliar las aceras y la planta superior la sobrevolará.
Alternativas. Cristina Laborda explicó que el área de Deportes está “ultimando una solución para que la actividad actual del frontón, es decir, la pelota y el balonmano de base, pueda trasladarse a otro recinto durante la duración de las obras”.
LA CIFRA
729
Son los espectadores que podrá albergar el frontón Uranzu para los partidos de pelota, con las gradas completamente desplegadas. En el caso de otras actividades como el balonmano, habrá que plegar parte de las mismas y el aforo máximo quedará reducido a 333 personas.
Plaza Juan Wollmer. / Oihana Sánchez
Plaza Juan Wollmer. / Oihana Sánchez