11 noviembre 201609:12
Preparen su maleta imaginaria, esa que utilizan cuando sueñan con las vacaciones. La semana que viene nos vamos de viaje. En apenas siete días visitaremos Panamá, Turquía, Afganistán, Italia y Grecia. Quizá acabemos lejos, en el Paleolítico o la Edad de Hierro. Serán unos viajes únicos, tal y como lo es el Ficab. El festival tiene su programa de proyecciones preparado, solo le faltan las palomitas. Hay un problema. Este año, Juantxo Tolosa, el diseñador de los carteles del Ficab, se las ha dado a las esculturas de Ramses II del templo de Abu Simbel. Y es que sus carteles son tan únicos como el Ficab.
-¡Lo que hubieran disfrutado los faraones egipcios con unas palomitas en el Ficab!
-(Risas) Seguro, ¡no lo dudo!
«Siempre presento varios bocetos de carteles, algunos son más poéticos y otros más paganos como el de este año» «Al Museo Arqueológico Nacional le gustó mucho ver a la Dama de Elche con las gafas 3D en el cartel de la edición anterior»
-¿La imaginación tiene hueco en la arqueología?
-Parece ser que si. A mi al menos me dejan incluir un toque de imaginación o ciencia ficción en los carteles. Pero con control, ¿eh?
-¿Hay un límite de fantasía?
-Yo no soy arqueólogo, así que se me ocurren cosas más irreverentes. Las responsables del museo son más académicas y me marcan algunas pautas.
-¿Cuáles son las 'normas' a la hora de hacer el cartel del Ficab?
-¡Dependen de mis ocurrencias! Con los años he aprendido, por ejemplo, que dos elementos que no coinciden en el tiempo no pueden ir en la misma imagen.
-No creo que hubiera palomitas en el antiguo Egipto...
-(Risas) ¡Claro! Por eso digo que es según mi ocurrencia. Creo que fue en el cartel de la décima edición cuando propuse la imagen de un tótem con forma de fotograma, detrás puse un mamut y un dinosaurio. Pues el dinosaurio no 'coló', me dijeron que era imposible que hubiera un dinosaurio en esa época.
-Al dinosaurio no le dieron el visto bueno, pero sí a las gafas 3D de la Dama de Elche, ¿verdad?
-Sí, sí. Ese, el del año pasado, gustó muchísimo. Pensé que se iban a escandalizar con la idea, pero...
-Si la Dama de Elche levantara la cabeza...
-¡Lo vería todo en 3D!
-Ese cartel gustó más allá de nuestro museo, ¿no es así?
-Efectivamente. Ya te digo que presenté la propuesta sin muchas expectativas. En realidad era una serie de figuras, tipo Nefertiti o la Dama de Elche, con gafas 3D. En Oiasso les encantó y más adelante Mariajo Noain y Mertxe Urteaga me contaron que les habían llamado del Museo Arqueológico Nacional.
-¿Asustados?
-¡Todo lo contrario! Les gustó mucho y llamaron para felicitarles por la imagen.
-Les tienes el punto cogido a los arqueólogos, no serán tan serios como parecen...
-Claro, ya te digo, son estrictos en algunas cuestiones, pero generalmente aceptan todas mis ocurrencias. Son muy agradecidos, no me puedo quejar.
-¿Cuál es el secreto? ¿A qué musas o dioses invocas para la inspiración?
-¡Ojalá lo supiera! Yo soy un 'gautxori', trabajo de noche. A partir de las nueve de la noche, cuando todo el mundo se ha ido y me quedo solo, me pongo música, me inspiro y me pongo a ello.
-¿Qué tipo de música oyes?
-De todo. Alguna vez me he puesto hasta marchas búlgaras. 'Chun, chun, chun, chuuuun' y todo fluye. Me dan las tres de la mañana, pero es mi mejor momento de trabajo.
-Después de quince años haciendo el cartel del Ficab, veo que tienes hasta rutinas de trabajo...
-Bueno, tengo mucha masa de trabajo, eso es verdad, y esto es algo que requiere de tiempo y dedicación.
-¿Cómo empezó esta aventura de diseño arqueológico y cinematográfico?
-¡Uf! Tengo una memoria de pez... Recuerdo seguro que fue a través de Mertxe. Aún no estaba el Museo Oiasso, creo que fue por algún trabajo que hice para Arkeolan. Me contó que iban a organizar una especie de festival, me encargó el cartel ¡y hasta ahora!
-¿En qué momento del año empiezas a diseñarlo?
-Soy 'gautxori' y de hacer las cosas en el último momento. Lo confieso. El museo me lo encarga en febrero. Yo entonces pienso '¡uy! falta mucho'. Entonces, antes de las vacaciones de verano, sobre junio, me lo reclaman. Ahí ya pienso en ponerme las pilas, les presento alguna idea y, finalmente, después del verano aparezco con mis bocetos.
-¿Haces más de uno para elegir?
-Eso es. Yo creo que este año habré presentado unos ocho posibles carteles. Algunos más poéticos y otros, como éste que han elegido, más paganos. ¿Y sabes qué? Siempre les gusta justamente el último que he hecho. (Risas)
-El Ficab es único en el Estado, no puedes mirar otros carteles para coger alguna idea...
-No, y tampoco soy de mirar otros. Generalmente son muy ortodoxos, con piezas o esculturas. Prefiero pensar una majarada, sin pasarme, pero darle un toque divertido. Al final, el museo lo que busca es atraer a todo tipo de público, hacer ver que el festival no es solo para arqueólogos.
-También es para niños, dentro y fuera de los carteles.
-¿Lo dices por los dos niños ladronzuelos de hace dos años? Esos niños que se colgaban de dos lianas emulando que iban a robar unas figuras, eran mis hijos. A veces he tenido que involucrar a gente para los carteles.
-¿Cuál de todos los carteles que has hecho es tu preferido?
-Te vas a reír... El de la décima edición, el del tótem sin dinosaurio.
-¿Qué película verás este año?
-Esto también te va a hacer gracia... ¡No he ido nunca al Ficab! Tengo que ir, pero me pilla en mi hora de inspiración. La del 'gautxori'...
Juantxo Tolosa en el estudio Soroxarta con Ramses II y las palomitas para el FICAB de fondo de pantalla.
/ FOTOS: F. DE LA HERA