Otro de los puntos aprobados por los corporativos, con votos de PSE, PNV y PP, fue la aprobación inicial de la Ordenanza Reguladora de Actividades Eventuales, que pretende unificar normativas en cuanto a la celebración de actos y fiestas en la vía pública.
El delegado de Urbanismo, Miguel Ángel Páez defendió que se trata de «facilitar los trámites» de quienes las organizan. «El 95% de esas actividades en la calle», añadía el alcalde, José Antonio Santano, «son muy sencillas y se va a simplificar el procedimiento para que se pueda hacer por el SAC».
El delegado quiso recordar el proceso seguido: «El 20 de mayo se expuso el contenido de la Ordenanza en la Comisión informativa» del área. «Se remitió a las 300 asociaciones registradas en la ciudad y se las convocó a una reunión el 22 de julio en esta Sala Capitular. Se abrió un plazo de presentación de sugerencias que se amplió después», a petición de Ezker Batua. «El 9 de octubre se presentó el borrador en la Comisión de Cultura». El miércoles fue a Pleno, «con cambios sustanciales por las peticiones recibidas». Había otras cuantas más, pero destacó que «el silencio administrativo no será negativo (ahora lo es y se pretendía mantener ese criterio en la Ordenanza); habrá posibilidad de recurso en caso de desestimación; el plazo de respuesta se reduce de 15 a 10 días». Éstas fueron las que movieron a EB «del voto en contra a la abstención», dijo su portavoz, Manuel Millán.
Bildu, por su parte votó en contra, «pero no criticamos la Ordenanza, sino el proceso». Por un lado porque consideran que el Gobierno perdió «otra oportunidad» de desarrollar «un verdadero proceso de participación desde el principio».
También porque la discusión primera fue sobre un borrador «que sólo estaba en castellano». Páez prometió intentar mejorar lo segundo, pero recordó que sigue sin tener «una propuesta concreta de Bildu» respecto a lo primero.
