El departamento de Bienestar Social refuerza su atención a la infancia

El área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Irun ha realizado una serie de cambios en su funcionamiento interno, con el objetivo de reforzar sus unidades de trabajo, especialmente en la asistencia a menores en riesgo de desprotección. El delegado de Bienestar Social, Sergio Corchón, y la responsable del servicio de Atención Primaria, Mila Holgado, explicaron ayer los cambios introducidos en su departamento.

«Un ayuntamiento es la primera puerta que tocan los ciudadanos cuando se encuentran con algún tipo de problema social. Los servicios sociales, a través del área de Atención Primaria, se encargan de recibir a estas personas y prestarles todo el apoyo posible. En ese sentido, hemos introducido algunos cambios en el funcionamiento interno del departamento, con el objetivo de fortalecer la acogida y mejorar la atención de casos que, en ocasiones, pueden requerir de una rápida intervención», explicaba Corchón.

El nuevo servicio de Atención Primaria reparte su equipo de trabajadoras sociales en varios ámbitos de actuación, en función de la edad de las personas que requieran su atención. Por un lado, los mayores de 65 años serán atendidos por cuatro trabajadoras sociales. «Aquí encontramos el primer cambio», señalaba Corchón, «porque antes tomábamos la edad de referencia en los 60 años. Ahora, para adaptarnos a la normativa que regula el acceso a las prestaciones de las personas mayores, la edad de referencia son los 65 años».

Otro grupo lo componen las personas de menos de 65 años, para las que están asignadas cinco trabajadoras sociales. Una de estas cinco profesionales se dedica en exclusiva a tratar los asuntos relacionados con los casos de riesgo de pérdida de vivienda.

Por último, se refuerza con cuatro trabajadoras la atención a los casos relacionados con riesgo de desprotección de menores. «Hasta ahora, atendíamos estas necesidades, porque es nuestra competencia», añadía Mila Holgado. «Pero por las peculiaridades que lleva el trabajo en el ámbito de la infancia y la adolescencia, nos parecía más adecuado destinar cuatro trabajadoras en exclusiva a este tipo de casos. Es un cambio que va a mejorar la atención. Cuando se detecta un caso de desprotección, las familias no acuden a los servicios sociales como cuando vienen a solicitarnos otro tipo de prestaciones. Las necesidades nos llegan a través de otras entidades, como los centros escolares y de salud y somos nosotros los que tenemos que llegar a las familias».

Para llevar a cabo la reorganización interna, el área de Bienestar Social ha contado con la incorporación de dos trabajadoras sociales más. Sergio Corchón subrayaba que con estos cambios «se busca, en definitiva, que quien acuda a los servicios sociales tenga una respuesta lo más rápida posible. Creemos que con el nuevo sistema fortalecemos la atención que podemos ofrecer a las personas que peor lo estén pasando de una forma más directa, eficaz y específica».

Con la nueva organización, se pretende, igualmente, ganar en coordinación con las entidades con las que habitualmente trabaja el departamento, a la hora de dar respuesta a algunos casos. «Además de estar en disposición de atender mejor cada situación, creemos que vamos a poder llevar una mejor coordinación con entidades con las que habitualmente hacemos una labor común, como son los centros de salud, los recursos para personas mayores y los centros escolares y entidades del tercer sector», apuntaba Holgado.

El siguiente paso para el área de Bienestar Social es ver cómo evolucionan estos cambios y cómo afectan al servicio, «siempre con vistas a mejorar y con la intención de ir reforzando paulatinamente con más personal esta atención. Es nuestro compromiso a corto plazo para garantizar todo lo posible nuestro apoyo social a quienes peor lo están pasando», concluía el delegado.