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Noticia publicada en Diario Noticias de Gipuzkoa,el domingo día 4 de Junio de 2017.

LUISA ETXEPARE GÓMEZ DIRECTORA DEL CORO BIDASOALDEKOAK E INTEGRANTE DEL CORO DE COLORES

“El Coro de Colores es ejemplo de que la inclusión de las personas con discapacidad es posible”

Marisa Etxepare, de 52 años, es integrante del Coro de Colores, reciente Premio ONCE Euskadi 2017 por su trabajo en la inclusión de personas con discapacidad.
XABIER SAGARZAZU - Domingo, 4 de Junio de 2017 - Actualizado a las 06:11h
Luisa Etxepare

IRUN
- El apellido Etxepare está ligado, ineludiblemente, al mundo de la música en Irun. Hija y hermana de músicos, Marisa Etxepare canta “desde los 4 años”, cuando empezó en el Ametsa Txiki, coro del que más tarde sería directora durante 27 años, hasta el año 2007. Hoy, combina la dedicación profesional al mundo de la atención a la discapacidad y la dependencia con su otra pasión, la musical.
¿Cuándo y cómo llega usted al Coro de Colores?
-Todo surgió estando en el coro Bidasoaldekoak, que está formado por personas jubiladas y ensaya en Behobia. Un día, por mediación de un familiar de José Ignacio Pérez, el entonces director, surgió la posibilidad de que viniera un grupo de usuarios del Garagune de Berio, a escucharnos cantar. Nos decían que les encantaba la música y en especial cantar. Y nos dijimos: ¿Por qué en vez de venir a escuchar, no vienen a cantar? De ahí, sale la idea de crear el Coro de Colores, que está integrado hoy por 30 personas, de las que la mitad veníamos de Bidasoaldekoak y la otra mitad, son personas con distintas discapacidades, que vienen de los Garagunes de Berio e Irun.
Usted dirigía ya entonces Bidasoaldekoak y tenía una amplia experiencia dirigiendo coros. ¿Le costó aceptar la propuesta de dirigir el Coro de Colores?
-Fue José Ignacio Pérez el que empezó y al año, yo le tomé el relevo, con los dos coros. La verdad es que no me costó, me pareció un proyecto muy interesante, no solo por el hecho de animar a cantar a personas con discapacidad, sino también, por ser el Coro de Colores una mezcla entre personas con distintas capacidades, ya que algunos venían del coro Bidasoaldekoak. Me encantó la idea de combinar la música y el trabajo con personas discapacitadas, creo que el Coro de Colores es un ejemplo de que estas personas pueden y deben integrarse con todas las demás, en todo tipo de actividades.
¿Qué objetivos se marcaron a la hora de trabajar?
-No había objetivos concretos. En algunos casos, lograr que algunos de los coralistas pudieran articular sonidos ya era algo estupendo. Siempre se ha tratado de que fuera una actividad para divertirse y aprender unos de otros. Lo más enriquecedor del Coro de Colores ha sido la relación que ha surgido entre todos los integrantes. Tantos unos como otros, al margen de las capacidades de cada uno, teníamos ciertos miedos e incertidumbres que se han visto superadas. El ambiente de trabajo y el compañerismo es lo mejor del Coro de Colores. Yo, por circunstancias laborales, acabo de dejar la dirección y algunos se preguntaban si podrían continuar sin mí. Les he animado a hacerlo, y lo van a hacer. Yo trataré de aportar lo que pueda.
Y llegó el momento de mostrar su trabajo al público. ¿Les costó?
-Desde el principio teníamos claro que el Coro de Colores era un proyecto que había que mostrar y hacer ver, porque es un ejemplo de la integración de personas distintas unas de otras. Empezamos con actuaciones en colegios o residencias y ya el año pasado, nos lanzamos al Abesbatzen Eguna de Irun, la fiesta de los coros de esta ciudad. ¿Por qué no íbamos a estar allí? La acogida que el público nos dio en el Amaia fue magnifica y muy gratificante. Este año, hemos repetido la experiencia.
Este trabajo, un proyecto que ya dura cuatro años, ha llevado a la concesión del Premio Solidario ONCE Euskadi al Coro de Colores, como ejemplo de inclusión de las personas con discapacidad a través de la música. ¿Qué ha supuesto este premio?
-La verdad es que nos ha hecho una ilusión tremenda a todos. Ha sido una alegría que se haya tomado al Coro de Colores como ejemplo de que la inclusión de las personas con discapacidad, en todos los ámbitos de la vida, es tan necesaria como enriquecedora, para todo el conjunto de nuestra sociedad.
Su txoko guipuzcoano. La plaza de Gipuzkoa, en Hondarribia, por su tranquilidad y melancolía.
Un paisaje. Cualquiera del río Bidasoa, aunque desde Puntxas en especial. Fui piragüista.
Un monte. Aiako Harria. He disfrutado de él con mi familia, con mis amigos y con mis hijos.
Una playa. Hendaia, para pasear hasta las Gemelas cuando hay marea baja.
Un evento o celebración. Los sanmarciales en general, pero de forma especial, la cena con mi cuadrilla, cada 28 de junio.
Gipuzkoando