Irun, Pasaia, Trintxerpe, San Sebastián... Las agresiones sexuales no cesan. La última se produjo de nuevo en Irun, poco después de la medianoche de ayer. Un joven de 18 años natural de Marruecos, según aseguraron testigos presenciales, forzó a una mujer de nacionalidad francesa en un parque de la ciudad fronteriza. El presunto violador fue detenido por la Ertzaintza cuando aún se hallaba con los pantalones bajados. En las próximas horas será puesto a disposición de la autoridad judicial.
Los casos de agresiones sexuales parecían haber experimentado un retroceso. La Fiscalía Provincial de Gipuzkoa constató en 2010 un menor número de delitos y cifró la caída en un 13,8% respecto al año anterior. En total, en 2010, se contabilizaron 187 causas por ilícitos penales de esta índole, frente a las 217 del ejercicio anterior. La Fiscalía destacó que el registro de 2010 «quebraba la alarmante tendencia ascendente» que esta clase de delitos había experimentado desde 2009, donde, de acuerdo a las denuncias formuladas, crecieron un 9%.
De las agresiones sexuales cometidas en lo que va de año en Gipuzkoa, una de las más graves se perpetró ayer en Irun. Fuentes del Departamento de Interior del Gobierno Vasco indicaron que los hechos tuvieron lugar sobre la medianoche, en un parque de la ciudad fronteriza, adonde el agresor llevó a la víctima, al parecer, para venderle una cantidad de droga.
De acuerdo a la denuncia formulada por la víctima, ésta se encontraba en un local cercano a la calle Pinares cuando tres hombres se aproximaron para ofrecerle sustancias estupefacientes, al parecer cocaína. Como quiera que la chica mostró interés en la transacción, se fue con uno de los varones al cercano parque situado en la plaza Anzaran.
Allí, para no ser vistos, ambos se ocultaron en el interior de uno de los juegos infantiles, concretamente un rocódromo, donde se llevó a cabo la operación de entrega de la droga.
Agresión
Según fuentes consultadas, en aquel momento, el agresor pretendió mantener relaciones sexuales con la mujer a lo que ésta se negó de manera rotunda. El joven, no obstante, insistió y sin respetar la voluntad de la mujer, le despojó por la fuerza de la parte inferior de las ropas y la violó.
El forcejeo que se produjo dentro del pequeño rocódromo a causa de la agresión que se estaba llevando a cabo, despertó la atención de una pareja que se encontraba en las proximidades que avisó a la Ertzaintza.
Dotaciones de este cuerpo se personaron en la zona. Cuando llegaron, los agentes encontraron al hombre y a la víctima con los pantalones bajados. Seguidamente, la mujer explicó que estaba siendo forzada, por lo que procedieron a la detención del joven.
«Los ertzainas sacaron al chico por el hueco que queda entre las paredes del rocódromo y el suelo. Se lo llevaron esposado», relató un testigo de lo ocurrido.
Esta misma persona explicó que en el momento de los hechos, el parque estaba muy concurrido «Eran las doce de la noche y había un numeroso grupo de jóvenes franceses».
Fue precisamente la existencia de tanto público la que hizo que el agresor tratara de buscar la impunidad en el interior del rocódromo.
Testigos presenciales indicaron asimismo que el autor se aprovechó de la indefensión en la que se encontraba la víctima que, al parecer, se hallaba bajo los efectos del consumo de alcohol o drogas.
La mujer, que según los mismos testigos es de nacionalidad francesa y podría tener unos 35 años, fue trasladada al Hospital Comarcal del Bidasoa, donde fue atendida.
En diciembre del pasado año se produjo un intento de violación también en Irun. Sucedió en la calle Alzukaitz, situada en el barrio Arbes de la ciudad fronteriza, donde la víctima fue abordada en unos soportales por un individuo que la tiró, la arrastró por el suelo y le golpeó la cabeza contra el pavimento. La intervención entonces de una vecina, Ángeles Ares, que golpeó al agresor con un paraguas, evitó que se consumara la violación.
Más recientemente, en Pasaia y Donostia, tres mujeres han denunciado sendas agresiones por hombres.
