“Nuestro principal reto es que los iruneses y hondarribiarras conozcan mejor lo que hacemos y se acerquen a nosotros” Imprimir
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Miércoles, 07 de Febrero de 2018 10:27

Noticia publicada en Diario Noticias de Gipuzkoa,el miércoles día 7 de Febrero de 2018.

 

ELENA OLASAGASTI SAGARZAZU PRESIDENTA DE LA JUNTA DE LA ASOCIACIÓN CONTRA EL CÁNCER EN EL BIDASOA

“Nuestro principal reto es que los iruneses y hondarribiarras conozcan mejor lo que hacemos y se acerquen a nosotros”

Hondarribiarra de 69 años, Elena Olasagasti superó un cáncer de mama en 2007 y en 2009 empezó a colaborar con la Asociación Contra el Cáncer como voluntaria.

XABIER SAGARZAZU - Miércoles, 7 de Febrero de 2018 - Actualizado a las 06:03h

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Elena Olasagasti Sagarzazu

Elena Olasagasti Sagarzazu

IRUN- Implicada también en otras causas y tareas de tipo solidario y benéfico, Elena Olasagasti preside la junta comarcal del Bidasoa de la Asociación Contra el Cáncer, desde su reciente renovación. La entidad atiende en Irun, en su sede de la calle Fueros, a enfermos y familiares directos de quienes padecen esta enfermedad.

Usted padeció un cáncer pero no fue hasta después cuando se involucró en la AECC. ¿Le hubiera venido bien conocer la asociación en aquel entonces y tener acceso a los recursos y servicios que ofrece?

-Supongo que cada uno vive su enfermedad a su propia manera y no nos afecta a todos por igual. En mi caso, enfermé en 2005 y terminé el tratamiento en 2007, ya completamente curada, hasta hoy. Lo llevé bastante bien, la verdad, y no tuve la necesidad de recurrir por ejemplo a servicios como el de un psicólogo, que la AECC pone a disposición de los enfermos y de sus familiares.

¿Por qué dio el paso de empezar a trabajar como voluntaria y cómo llega a la presidencia comarcal?

-Conocía a Marian Mauleón, que era quien coordinaba a los voluntarios contra el cáncer en Hondarribia y fue a través de ella que empecé a colaborar, justo cuando se abrió la sede comarcal en Irun. Poco a poco he ido trabajando estos años y ahora, me toca estar al frente de la nueva junta, con un buen equipo detrás.

¿Usted no vivió directamente los precedentes de tener las cosas centralizadas en Donostia, pero qué ha supuesto para la Asociación Contra el Cáncer el poder contar con una sede en el Bidasoa?

-Fue un paso fundamental, porque supuso poder replicar en Irun, cerca de las personas afectadas y de sus familias, servicios que estaban más a desmano. En definitiva, hemos podido acercar la Asociación Contra el Cáncer a los irundarras y hondarribiarras. Tenemos un psicólogo que atiende a enfermos y familiares, una trabajadora social que recibe a la gente y evalúa todo tipo de necesidades que puedan tener (desde una cama articulada a una silla de ruedas) y además, facilitamos el acceso de la gente a los recursos de prevención del cáncer, como los cursos para dejar de fumar, que son por cierto muy efectivos. Tenemos la capacidad de poder organizar talleres, charlas o reuniones y estar más cerca de las personas que recurren a nosotros.

¿Qué retos se marcan usted y su junta a corto y medio plazo?

-El principal es darnos a conocer, que los enfermos y sus familiares sepan que estamos aquí mismo, en la calle Fueros de Irun, y que tenemos una serie de servicios y recursos, totalmente gratuitos, que pueden serles de utilidad. Se habla mucho de esta enfermedad y por desgracia, son muchos también quienes la padecen en primera persona o en la de sus familiares y allegados. Pero en proporción, no son tantos los que acuden a nosotros. Tenemos que mejorar nuestra comunicación, hacer saber mejor dónde estamos y qué es lo que podemos ofrecer, en colaboración y coordinación también con los ayuntamientos de Irun y Hondarribia y sus áreas de servicios sociales.

¿Cree que todavía hay gente que vincula más a la Asociación Contra el Cáncer con su labor de impulsar la investigación de la enfermedad y no tanto con los servicios que ofrece?

-Quizá sea así, en ocasiones. Necesitamos, como decía antes, acercarnos más a la sociedad, que los enfermos y familiares sepan que estamos aquí y qué es lo que podemos hacer por ello en un momento dado. Por no hablar también de la prevención, con herramientas como los talleres para dejar de fumar y otras actividades que llevamos a cabo a lo largo del año.

¿Y cómo andan de voluntarios en Irun y Hondarribia?

-Es el problema que suelen tener muchas asociaciones y entidades de todo tipo. En nuestro caso, tenemos un grupo de unas quince personas que nos vamos turnando para recibir en la sede de Irun a la gente y acompañarles mientras esperan a ser atendidos por los profesionales, el psicólogo y la trabajadora social. Se puede decir que no andamos mal en esto. Y luego ya, a lo largo del año, pedimos la colaboración puntual de gente en la cuestación anual que se hace, en Irun, un sábado del mes de mayo, y en Hondarribia, el día de Santiago, el 25 de julio. Son dos jornadas en las que se nos suman más voluntarios y conseguimos recaudar una cantidad importante.

Su txoko guipuzcoano. Hondarribia, mi ciudad. Lo tiene todo.

Un monte. Voy a Jaizkibel cada semana, y no me canso de él.

Un paisaje. Las vistas de toda la bahía de Txingudi y más allá, hasta Biarritz, desde la torre del antiguo parador de Jaizkibel.

Una playa. No me gustan, aunque siempre he vivido cerca.

Una fiesta. El Alarde de Hondarribia. Lo llevo en el corazón.

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