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Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa , el domingo día 6 de Mayo de 2012


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Una delegación de Behar Bidasoa viaja a Ruanda

en el 10º aniversario de la muerte de Amunarriz

 

ASISTIRÁ A LOS ACTOS ORGANIZADOS EN KABUGA, EN MEMORIA DEL MISIONERO IRUNDARRA. LA ONG SIGUE PRESENTE EN EL POBLADO RUANDÉS CON VARIOS PROYECTOS DE COOPERACIÓN AL DESARROLLO 

06.05.12 - 02:00 -   

 

Una delegación de Behar Bidasoa viaja a Ruanda en el 10º aniversario de la muerte de Amunarriz
Cooperante. Agustín Ugarte, presidente de Behar Bidasoa, en su anterior viaje a Ruanda. :: F. DE LA HERA

 



Una delegación de Behar Bidasoa, encabezada por el presidente de la ONG, Agustín Ugarte, viajará la semana que viene a Kabuga (Ruanda) para participar en los actos organizados en memoria de José Ramón Amunarriz. El próximo día 13 de mayo se cumple el décimo aniversario del fallecimiento del misionero irunés, fundador del polo de desarrollo de Kabuga, donde Behar Bidasoa continúa trabajando en varios proyectos de cooperación al desarrollo.
Junto con Agustín Ugarte, viajarán a Ruanda los cooperantes Josema Soto, Adora Pérez Alkain y Josetxo Etxebeste. «Se va a celebrar una misa y una serie de actos en memoria de José Ramón y estaremos allí, con ellos, para reforzar nuestro apoyo a Kabuga», señala Agustín Ugarte. «Queremos acompañar a Milagros Sanz, la responsable de Behar Bidasoa en Ruanda. Ella lleva más de 40 años viviendo en África. Es una mujer muy valiente y comprometida, una trabajadora incansable, pero las circunstancias en las que vive son difíciles, ya tiene 72 años y necesita apoyo».
Una década después de la muerte de José Ramón Amunarriz, el polo de desarrollo de Kabuga continúa siendo un ejemplo a seguir en el país africano.
Situado en el valle del río Nyabarongo, a unos 20 kilómetros de Kigali, la capital de Ruanda, Kabuga era un enclave totalmente aislada por un muro de papiros y bananos cuando el misionero irundarra llegó allí, en 1976. No había luz, ni agua corriente. Las familias vivían en un régimen de agricultura pobre de montaña y no llegaban a cubrir sus necesidades elementales. La azada era su única herramienta de trabajo y realizaban el transporte de las cosechas casi exclusivamente sobre la cabeza. No había escuela, ni dispensario, ni siquiera caminos por los que transitar para acercarse al núcleo de población o al hospital más próximo.
Hoy en día, el polo de desarrollo de Kabuga dispone de dos escuelas maternales, una escuela primaria, un centro de formación profesional, un centro de salud, un orfanato, una oficina de asistencia social y un centro cultural, además de un silo para conservar las cosechas, un mercado, un matadero, un sistema de traída de aguas, una instalación de paneles solares y un equipo de mantenimiento de las carreteras.
Behar Bidasoa tiene mucho que ver en todas estos proyectos que hace 30 años parecían irrealizables y que hoy en día están siendo liderados por la población de Kabuga.
La ONG bidasoarra siempre ha puesto el acento «en la educación, porque la educación y el desarrollo están estrechamente relacionados», añade Agustín Ugarte. En este momento, 104 jóvenes de Kabuga son beneficiarios de ayudas para gastos de educación en diferentes escuelas secundarias de Ruanda y de las primeras promociones de estudiante, ya hay algunos licenciados universitarios.
En su informe de situación, el actual coordinador del polo de desarrollo ruandés, Charles Karangwa, decía lo siguiente: «Kabuga es una obra de desarrollo comunitario que quiere avanzar con su población hacia el bienestar. Gracias al trabajo de su promotor, el padre José Ramón Amunarriz, de feliz memoria, el polo de desarrollo es aceptado por la población. Inicialmente, él escogió a los líderes locales, les reunió con el fin de obtener una idea general de la colectividad de Kabuga. Gracias a este trabajo de base, realizado minuciosamente por el fundador, podemos afirmar hoy que la tarea es fácil para nosotros. Podemos afirmar hoy, sin miedo a equivocarnos, que tenemos la confianza de la población. La etapa siguiente consistirá en ayudar a la población a ayudarse a sí misma. Lo conseguiremos gracias a la importancia que damos a la educación, base indispensable del desarrollo».