«Nos lo están poniendo cada vez más difícil» Imprimir
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Viernes, 14 de Febrero de 2020 11:22

Noticia publicada en Diario Vasco,el viernes día 14 de Febrero de 2020.

«Nos lo están poniendo cada vez más difícil»

DIGITALIZACIÓN. LA DECISIÓN DE SERVICIOS DE TXINGUDI DE ELIMINAR LA FACTURA DE PAPEL AHONDA EN LA SENSACIÓN DE MUCHOS MAYORES DE QUE ESTA SOCIEDAD TAN TECNOLÓGICA NO LOS TIENE EN CUENTA

Sofía, Manoli, Rosa, Carmen y Primi en su mesa del Centro Social Iraso./
Sofía, Manoli, Rosa, Carmen y Primi en su mesa del Centro Social Iraso.
IÑIGO MORONDOViernes, 14 febrero 2020, 07:10
Los cambios en estos tiempos se producen a toda velocidad, pero hay toda una generación de personas que quiere vivir la vida a otro ritmo. Se han ganado ese derecho. «Yo no tengo ordenador, ni correo electrónico», dice Antonio, habitual del local de mayores de Palmera Montero. «A estas alturas, ni lo voy a comprar ni voy a aprender a usarlo».
Está muy enfadado porque Servicios de Txingudi le ha comunicado, como al resto de ciudadanos de la comarca, que ya no va a enviar las facturas de agua y basura en formato papel. Es un malestar compartido por muchas personas, la mayoría de ellas mayores. «Servicios de Txingudi se merece un cero», dice con firmeza Miguel, compañero de Antonio en Palmera Montero. «Es una vergüenza. Pero nos tenemos que resignar, porque en este caso no podemos cambiarnos a otra compañía. Tengo 77 años y estoy capacitado para ver la factura y entenderla, pero no estoy capacitado para descargarla de internet, no sé hacerlo. Tengo que depender de mi hija ¿Hay derecho a eso? El día 4 van a hacer una charla aquí, en Palmera Montero, y pienso venir a pedir explicaciones».
Prefiere eso que ir a protestar a las oficinas de Servicios de Txingudi, visita que sí ha hecho Manoli. «Fui por otra razón, pero aproveché para decir que no estaba conforme. Allí había otras cinco personas para quejarse por lo mismo, todas mayores». En el grupo de amigas con el que se reúne en el Centro Social Iraso todas están al tanto de «que nos van a quitar la factura del agua», dice Sofía. «Bueno, que no la van a mandar a casa», matiza. «¿Pero la seguirán cobrando por el banco?», pregunta Primi. «Claro, pero la factura sólo la puedes ver por internet», aclara Manoli. «Lo que me dijeron es que si llamas a un número que viene en la factura, te dan una copia en papel, pero que hay que llamar todos los meses». «Pues a ver quién se acuerda de llamar cada mes», se queja Carmen. La conclusión es clara, la misma a la que había llegado también el grupo de Palmera Montero: «vamos a dejar de ver las facturas». «No me parece bien», apunta Rosa. «Creo que tenemos derecho a ver lo que gastamos. Mucha gente se da cuenta de que tiene una fuga al ver cómo le ha subido el consumo», añade.
Martín interrumpe su lectura del periódico en el Centro Social Luis Mariano para contar que él, como Manoli, se ha quejado en las oficinas de Servicios de Txingudi. También el día que fue él había más gente mayor que iba por el mismo motivo «y estaban más encendidos que yo. La gente está enfadada con este tema».
Martín lo está, sobre todo, porque considera que «es ilegal, tenemos derecho a recibir las facturas en papel y Servicios de Txingudi tiene la obligación de mandarlas». No le vale «esa solución de pedirla por teléfono cada mes. Y no me creo que el objetivo sea reducir los residuos de papel, como dicen. Un cambio en la ley les obliga a facturar ahora cada mes en vez de cada trimestre y eso les hubiera llevado a más gasto de personal. Pero en vez de crear más empleo, lo que quieren es reducirlo y ahorrar. Lo mismo que está pasando en la gasolinera, en el banco, en el supermercado... Menos empleos y que el cliente haga el trabajo».
Lo cierto es que la digitalización de las facturas de Servicios de Txingudi no es un hecho aislado en un mundo que cada vez está más automatizado. «A mí no me gusta», dice Martín. «Quiero hablar con la gente cara a cara. Por ejemplo, no se me ocurriría contratar un seguro por teléfono y por internet ni sabría hacerlo. He aprendido a hacer algunas cosas, pero con otras no me atrevo».
En el grupo de Iraso comparten la frustración por esa transición forzada a lo digital. Ninguna usa WhatsApp en el móvil. «Sólo llamar y que me llamen», afirma Sofía. «No uso mensajes. Me cuesta leerlos y no te digo escribirlos». «En el banco insisten en que use los cajeros e internet, pero es que a mí no me gusta ni la tarjeta. Prefiero sacar en ventanilla y pagar con dinero». «Ahora que había que resintonizar la tele otra vez, estuvimos sin tele hasta que vino mi hija»... Cuenta Manoli que la pasada semana tuvo que pedir cita para renovar el DNI. «Llamé varias veces, pero con el contestador no conseguía coger hora. En un intento di el DNI sin letra; en otro no entendí lo que me había dicho; en otro, otra cosa... Al final me rendí y un día que vino mi hijo le pedí que me lo hiciera. Sacó el móvil y lo hizo sin llamar, por internet. Para él es fácil, pero para mí...». «Para los jóvenes estarán muy bien, pero la verdad es que esas tecnologías a los mayores no nos sirven. Nos están poniendo las cosas cada vez más difíciles», sentencia Rosa.