Las inundaciones dejan sin casa a 25 familias de Kabuga

Las fuertes lluvias caídas durante las últimas semanas en Ruanda han provocado graves inundaciones con consecuencias trágicas. Al menos 72 personas han resultado muertas, más de un millar han perdido sus casas y sus cosechas e infraestructuras como puentes, carreteras de asfalto y caminos han quedado arrasados.

Behar Bidasoa informó ayer sobre el estado en que se encuentra el polo de desarrollo de Kabuga, que impulsó el misionero irunés José Ramón Amunarriz y con el que la ONG colabora estrechamente. Las inundaciones han provocado «una verdadera tragedia», señalaba Agustín Ugarte, presidente de Behar Bidasoa. «No tenemos noticia de que en Kabuga haya habido víctimas mortales, pero 25 familias han perdidos sus casas, las cosechas están perdidas y los campos de cultivo totalmente anegados».

El maíz, la mandioca, el kiwi y el aguacate son los principales cultivos de la agricultura de subsistencia de la zona. El 85% de la población está compuesta por familias campesinas que no disponen de recursos suficientes para comprar alimentos, lo que hace temer problemas serios de desnutrición.

Hace ahora dos años, el polo de desarrollo de Kabuga atravesó por una situación similar, tras las lluvias torrenciales que procaron graves inundaciones. En aquella ocasión, seis personas perdieron la vida arrastradas por el agua o por el hundimiento de sus viviendas y 45 familias se quedaron sin casa.

De momento, Behar Bidasoa no ha solicitado una ayuda de emergencia institucional para paliar la tragedia que vive el país africano, pero tiene dos cuentas abiertas por si particulares o empresas quiseran colaborar para mitigar los efectos de las inundaciones en el poblado de Kabuga: Kutxabank Irun (ES 85 2095 5128 00 1061311733) y Caja Laboral (ES 49 3035 0152 14 1520008217).

Por otra parte, Behar Bidasoa está colaborando para paliar los efectos de la pandemia del coronavirus en la ciudad de Pereira, perteneciente a Risaralda, uno de los departamentos más afectados por la enfermedad en Colombia. «En Ruanda, aunque también han estado confinados y han tenido restricciones, no están sufriendo mucho los efectos de la pandemia», explicaba Agustín Ugarte. «Esa ayuda la hemos dirigido hacia Colombia, a través de las hermanas Pasionistas de Pereira, que trabajan con población vulnerable. El grupo de Behar Bidasoa en Bizkaia ha recaudado 3.250 euros y desde Irun hemos aportado otros 3.000 euros».