La delegada de Bienestar Social del Ayuntamiento de Irun, Maite Cruzado, presentó ayer un balance semestral de este año sobre la situación del comedor social y las actividades agregadas al punto de encuentro social. En julio se cumplen tres años desde que estas instalaciones se pusieron en marcha con el objetivo de ayudar a personas sin recursos.
La novedad de este año, dentro de las condiciones de acceso, permite el uso de las instalaciones a personas no empadronadas en Irun, basta con el establecimiento en la ciudad. Otro dato importante es la ampliación de la capacidad disponible en el comedor que se ha duplicado de 30 a 60 plazas, aunque la mayoría siguen siendo personas empadronadas. «Este semestre hemos atendido el mismo número de personas no sólo como comedor social sino como punto de encuentro, que todas las que vimos durante todo el año pasado», aseguró Maite Cruzado.
La delegada de Bienestar Social describió la situación de las personas que frecuentan este centro: «Los usuarios de este recurso son personas mayores de edad en situación de riesgo o exclusión social, empadronadas en Irun o establecidas en nuestro municipio que no perciben ingresos. Hay posibilidad de inclusión por criterios excepcionales. Son personas que además de necesidades de alimentación y de socialización, el rasgo principal que presentan es una situación de soledad». Asimismo aclaró que es un «recurso masculinizado», la mayor parte de los usuarios son varones, «un 75-80% aproximadamente». La delegada explicó los objetivos del centro: «Es un recurso destinado a cubrir las necesidades básicas de alimentación e higiene, así como a la promoción de procesos individuales de mejora que favorezcan la inclusión social».
Situación actual
La responsable técnica del centro social, Feli Goikoetxea, pasó a describir la situación actual de las instalaciones. Comenzó por diferenciar entre los dos sevicios disponibles: el comedor y el punto de encuentro social: «Cuando empezamos el comedor social contaba con unas 20 plazas, el número ha ido subiendo día a día y hemos llegado a tener 52 personas. En los últimos meses se ha estabilizado en torno a 45-50 personas, siendo las de 25 a 45 años las que más peso tienen». La procedencia de los usuarios es de mayoría local, «aunque en el imaginario social se piense que es un recurso para extranjeros». «Hay un 35% de asistentes de la propia comunidad, 12% del resto del estado, 17% del resto de la Unión Europea, 19% del magreb, 4% del resto de África y 11% de latinoamericanos», según la responsable del centro.
La coordinadora del centro, Nadia Fabo explicó más de cerca el día a día con los asistentes: «Cumplir las necesidades básicas queda patente, buscamos un plus, un diagnóstico. Hay pequeños objetivos, como intentar la ducha diaria de algunos usuarios. Se intentan agrupar las potencialidades que tienen las personas».
