«Hay un rechazo fuerte a la violencia que mata, pero el resto se tolera» |
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Sábado, 14 de Noviembre de 2015 18:24 |
Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa,el sábado dia 14 de Noviembre de 2015. «Hay un rechazo fuerte a la violencia que mata, pero el resto se tolera»Ponente. La profesora Teresa San Segundo, durante su conferencia en el Museo Oiasso. / F. DE LA HERA
14 noviembre 201501:02
La profesora de Derecho Civil de la UNED y directora del máster 'Malos tratos y Violencia de Género', Teresa San Segundo, ha sido este año la encargada de abrir en Irun el programa organizado para celebrar el 25N. Invitada por Gaurko Andreak Berdintasunaren Aldeko Elkartea, presentó el jueves, en el Museo Oiasso, una interesante y pedagógica ponencia titulada 'Ni príncipes ni princesas. La juventud ante la violencia de género'. La profesora trató de explicar, ante un público de edades muy variadas, las razones por las que persiste la violencia sexista entre los jóvenes, cómo podemos prevenirla y de qué herramientas disponemos para intentar desactivarla.
«La adolescencia parece una etapa de tránsito, cuando todas las etapas de la vida son de tránsito», dijo. «Pero es verdad que aquí el tránsito está más marcado, porque el cuerpo cambia, hay nuevas amistades, se sale del cascarón familiar y se toman decisiones muy importantes, que luego van a formar un proyecto vital. Es una etapa crucial en la construcción de la personalidad, de la identidad y del sentimiento del propio valor. Tiene que haber unos cimientos fuertes que no sean de inseguridad, ni limiten la autonomía personal».
Transmisión de valores
«La educación es clave. El sexismo se aprende desde la infancia y la igualdad también» «Lo que permiten las nuevas tecnologías es controlar y acosar más y mejor» ¿Cómo se transmite la violencia de género en nuestra sociedad? ¿Cómo transmitimos los valores de igualdad? «Tenemos unos patrones culturales llenos de violencia», continuó la ponente. «El lenguaje es una forma silenciosa de hacer pervivir un ideario». Y la educación. «Cuando estudiamos historia, exceptuando las madres de reyes, las reinas y las santas, el resto de las mujeres no hemos existido. Nos lo han inculcado tanto, que nos cuesta trabajo pensarlo. Eso lo llevamos impregnado en la piel, aunque no queramos. Nos lo han transmitido y lo transmitimos».
Hay violencia de género en las relaciones familiares, en la publicidad, en la televisión... «Esos son los modelos que ofrecemos a los jóvenes y luego nos extrañamos de que sean violentos. El papel de la familia es muy importante en las primeras etapas y también la escuela. Nuestro sistema de enseñanza es mixto. Hoy en día van chicos y chicas juntos a clase, pero no hay coeducación. El sexismo se aprende desde la infancia y la igualdad también. Desde que nace una persona, tenemos que introducirle en esos valores, pero ¿cómo vamos a transmitirle unos valores que no tenemos?»
Los medios audiovisuales, los videoclips, los juegos, muchas canciones, no plantean relaciones igualitarias. La imagen sexual de la mujer como garantía de éxito que proyectan desde los anuncios publicitarios hasta las muñecas con las que juegan las niñas en nada favorecen las relaciones de igualdad. Tampoco lo hace el ideal de amor romántico. Además, «la información que se ofrece a través de la tecnología audiovisual cala más y se recibe sin reflexión ni crítica. Es importante aprender a ver de forma crítica».
A las maneras clásicas de control de la pareja, se añaden ahora las que procuran las nuevas tecnologías, «que posibilitan un control casi absoluto. A través del whatsapp, puedes estar todo el día controlando a una persona y es muy difícil establecer una línea. 'Si mi chico me llama cuatro o cinco veces en una tarde ¿es que está enamorado o es que me esta controlando?' 'Si me viene a buscar al instituto, es para darme una alegría o quiere controlar con quién voy?' Hay que pensar. Es complicado». Es difícil darse cuenta desde que el proceso se inicia hasta que la persona se ve inmersa en una situación de sometimiento.
Por otra parte, las chicas jóvenes «están desprevenidas porque piensan que ahora hay igualdad. La hay desde el punto de vista formal, pero en la realidad no la hay. Creen que la violencia de género es algo que les pasa a las mujeres adultas o a las viejas, pero no a ellas».
Teresa San Segundo aseguró que, en la sociedad de hoy en día «hay un rechazo muy fuerte, sobre todo por parte de la gente joven, a la violencia brutal, la que produce graves lesiones o muerte y esa es la que aparece en los medios de comunicación. Pero para el resto de violencia, hay un discurso de tolerancia total. El sometimiento, por parte de la pareja no se ve como violencia», cuando hay muchas mujeres sometidas que «están muertas en vida».
«Necesitamos distintos patrones para hombres y para mujeres porque sigue habiendo una condición asimétrica», añadió la profesora. Es necesario tener respuestas como «no controles; eso no te importa; eso no es asunto tuyo... «aunque al chico no le guste. Hay que reforzar a nuestras chicas para que esto no pase. Una persona tiene que exigir respeto y tiene que tener su espacio, porque si permites a alguien que traspase tus límites, le estás permitiendo que los establezca y le estás ofreciendo poder sobre ti».
Teresa San Segundo cree que «tenemos que tener esto presente en las familias, en las escuelas, en todas partes, porque con las leyes penales no vamos a acabar con la violencia de género. El machismo es un problema de salud pública. No es una cuestión de hombres o mujeres. Es una cuestión de toda la sociedad. Lo único que necesitamos es educación».
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