Me gustaría hacerle algunos comentarios y consideraciones al Sr. Xabier Pérez Herrero acerca de su Alborada del pasado viernes con el pretencioso título “Irun y bici: un oxímoron”. Que la Delegada de Movilidad del Ayuntamiento acuda, como invitada, a unas jornadas que organiza la Diputación sobre experiencias municipales a favor de la bicicleta, para explicar la iniciativa “Irun 30”, no significa que Irun pretenda dar lecciones magistrales sobre el uso de la bicicleta a nadie. La cuestión sería: Irun 30, ¿es una buena iniciativa a favor del uso de la bici, sí o no?

Que “los pocos valientes que usan la bici se juegan la vida en medio de un tráfico denso sin más alternativa que culebrear entre bocinazos y sustos…”, me parece una opinión desmesurada, aun admitiendo que nunca hay riesgo nulo en la circulación. En cuanto a su invitación a que nos sentemos en un banco del Paseo Colón para contar las bicis que pasan,(no aclara por dónde), sí que podríamos ver: bicis “culebreando” a izquierda y derecha de los vehículos, saltándose, con demasiada frecuencia, los semáforos o cambiando de acera a través de los pasos de peatones, y hasta bajando por la estrecha acera de C.Larrañaga en sentido prohibido hacia el Topo. Por no hablar de los que culebrean por las aceras con el consiguiente riesgo para los peatones.

En resumen, favorezcamos el uso de la bicicleta pero por la calzada y respetando las normas de tráfico. El uso de la bici no da patente de corso al ciclista para circular a su antojo, sin respetar las normas establecidas y aprobadas.

Los costosos carriles bici que hay en la ciudad tienen un uso bastante limitado y han sido sufragados, conviene no olvidarlo, con el presupuesto municipal de todos los iruneses. Utilicen o no la bicicleta. Que la red es mejorable, sin duda. Desde el Foro, asistiendo y participando en la mesa de movilidad y la Agenda 21, eso intentamos conseguir, al menos, entre otros objetivos.

Su envenenado “consejo” final a la concejala me ha parecido de bastante poca imaginación y nada elegante por su parte. Por decir algo suave: una broma de mal gusto.