22 abril 201600:08
El registro en el Ayuntamiento de 800 firmas reunidas a través de Change.org por Podemos Irun tuvo ayer la respuesta del Gobierno municipal. Su portavoz, Miguel Ángel Páez, aseguró que en la rueda de prensa dada por la formación el miércoles «se vertieron falsedades». Hizo hincapié en que «aquí no se está regalando nada a nadie», y que se trata de un convenio público por el cual «se cede un espacio que la universidad va a acondicionar y equipar, además de pagar todos los gastos de uso». Sobre el hecho de que se trate de una entidad privada, comentó que «está declarada de utilidad pública y no tiene ánimo de lucro. Los alumnos pagan sus cuotas, como es lógico, y la universidad afronta gastos como el pago de las nóminas de los profesores».
Páez también puso el foco sobre el proceso de recogida de firmas a través de Change.org, una plataforma en la que los firmantes no aportan su número de DNI, tan solo su nombre, apellidos y localidad. «Me parece muy bien y muy respetable, pero conozco Change.org y recoge firmas desde Azerbaijan hasta Paraguay... ¿Podrían decir cuántos ciudadanos iruneses han firmado?».
Por otro lado, comentó que pese a que el consistorio «viene trabajando desde hace años para que la UPV o la Uned tengan un campus en el Bidasoa», ha sido Mondragon Unibertsitatea quien «se ha interesado por venir» y defendió que «les vamos a dar facilidades porque es un centro de formación y educación», un actor «fundamental» que en su opinión «revitaliza y enriquece el tejido asociativo, empresarial y económico de una ciudad. ¿Qué gestor público podría decir 'No' a una universidad?». Asimismo, defendió que «las líneas académicas que plantea van dentro de las líneas generales establecidas en el plan estratégico de Irun Ekintzan.
Páez hizo hincapié en que «tener una universidad es un proyecto estratégico siempre» y aseguró que la posición de Sí se puede Irun muestra «un desconocimiento absoluto de lo que es el tejido empresarial y social de Irun». Asimismo, recordó que el asunto de Mondragon Unibertsitatea «se trató en la última asamblea de Irun Ekintzan a la que SPI no acudió», un espacio de trabajo común en el que además de grupos políticos «está todo el tejido asociativo, empresarial, sindical, del tercer sector, centros de formación, de enseñanzas medias... y no he escuchado ni una sola voz crítica con este proyecto de la universidad en Irun».
