19 octubre 201608:51
El Plan de Movilidad Urbana Sostenible se aprobó en 2011 con la ambición de transformar la forma de moverse por la ciudad. El desarrollo de las líneas de trabajo que apunta el documento se trabaja en una Mesa de Movilidad, con todos los grupos políticos y agentes sociales, y se hace efectivo desde el área de Movilidad del Ayuntamiento. Así, el último lustro ha sido testigo de la entrada en vigor del límite de 30 kilómetros por hora en toda la ciudad, de la modificación de las líneas de autobuses y de las peatonalizaciones de lugares clave, entre otras acciones y campañas.
«Hemos estado años ofreciendo datos sobre cómo se hacía efectiva la disminución de la velocidad en las calles y la desaparición total y absoluta de las velocidades más altas; dando cuenta de cómo han crecido los viajeros en las líneas urbanas de autobús», recordaba la delegada de Movilidad, Cristina Laborda. Tras esos avances, «hemos pasado ahora a medir el uso de la bicicleta». Lo hicieron en 2015, con dos oleadas, «en primavera y en verano», en las que se muestrearon calles y zonas de toda la ciudad, «algunas sin bidegorri, como el paseo de Colón; otras con, como Gain Gainean». Los datos de este «análisis global» han situado los movimientos ciclistas de 2015 en un 2,77% del total que se realizan en la ciudad. «El Plan de Movilidad Urbana Sostenible nos marcaba como objetivo que en 2016 fueran el 3%. Vamos por el buen camino», señalaba la delegada, que, sin embargo, admitía que la valoración no puede ser completa «porque no tenemos datos anteriores con los que comparar». A partir de ahora, los muestros se mantendrán para disponer de un histórico que refleje la evolución del uso de las bicis en Irun. Lo que sí se infiere de los datos actuales es que «hay movilidad ciclista de ocio, pero también como medio de desplazamiento por la ciudad». La conclusión se obtiene porque se han diferenciado mediciones en laborables y festivos y se han buscado diferentes horarios. «A las ocho de la mañana en el paseo de Colón entre semana, entendemos que es un movimiento de desplazamiento; el fin de semana en Osinbiribil, de ocio».
El Plan de Movilidad tiene un horizonte de vigencia que llega a 2020. Para entonces, el objetivo es que las bicis se usen en el 5% de los movimientos que se realicen en Irun. «En una ciudad con largo recorrido en materia de movilidad ciclista como Donostia, según su Observatorio de la Bicicleta, están en el 4,9%», puso como referencia Laborda.
Para alcanzar esos números, la delegada avanzó que, más allá de campañas de concienciación, van a llegar obras que en los próximos años «van a unir nuestra red de bidegorris», incidiendo especialmente en los lugares donde la velocidad no está rebajada a 30. Así, recordó que es cuestión de semanas que la obra para el paseo-bidegorri de Behobia a Azken Portu salga a concurso y que, en paralelo, se va a redactar el proyecto del futuro bidegorri de la avenida de Letxunborro que conectará con distintas zonas 30 y con el carril bici con el que Diputación piensa enlazar Hondarribia y la glorieta del hospital.