11 noviembre 201609:08
La avenida Iparralde va desde el paseo de Colón hasta el puente de Santiago, pero en un sentido de aspecto urbano, termina mucho antes. Cierto que Ficoba y su urbanización exterior, el skatepark y su entorno y el reformado parking de la zona comercial fronteriza han mejorado mucho el aspecto de esa entrada al municipio desde el norte. Pero desde ahí hasta donde de verdad empieza la ciudad, hay un terrible vacío, con edificios pendientes de derribo o de reforma total, maleza y verjas roñosas que hasta se han fusionado con los árboles que había tras ellas.
«Todo eso hace que una distancia como la que hay entre Ficoba y la plaza de San Juan, de unos 15 minutos a pie, parezca mayor», admitía la delegada de Obras, Cristina Laborda. Las zonas degradas están pendientes de una reorganización integral, por lo que no hay mucho que hacer con ellas. Laborda sí recordó que se ha mejorado la iluminación de ese tramo y también es verdad que la actuación de la Diputación en la variante permitió disponer de unas aceras más anchas. A cambio, aquella obra creó un punto negro, el paso bajo la carretera, que en general resulta triste y poco práctico para el peatón y que, llegada la noche, queda oscuro, algo amenzante, incluso.
Diseño, seguridad, comodidad
El proyecto que recoge el nuevo diseño lo redactó el estudio irundarra Arruabarrena Arkitektura La pared del túnel, pintada, representará un bosque que evocará las siluetas de los montes locales
«Llevamos un tiempo trabajando en la idea de dar un giro a esa situación», explicó la concejala. Solo uno de los lados del puente permite paso peatonal, «pero la verdad es que no resulta agradable ir por ahí», admitía. Se contrató la redacción de un proyecto para cambiar en lo posible ese lugar de paso y esta semana la Junta de Gobierno Local ha sacado a concurso, con 150.000 euros de coste máximo, las obras para ejecutar la propuesta de Arruabarrena Arkitektura, el estudio irundarra que ha ideado la solución que se llevará a cabo.
Con la actuación prevista, se elimina el planteamiento actual bajo el puente para crear un parterre que separe la carretera de una zona de paso peatonal que se ensancha y se pinta como un 'paso de cebra' largo en cuyo centro surge el círculo símbolo de Irun On, la plataforma desarrollada por el Ayuntamiento para la promoción de la ciudad. El muro del túnel se pintará evocando un bosque cuyo diseño dibujará las siluetas de los montes que rodean el municipio y al pie de la pared se instalará un pavimento de piedras rojizas empastadas que se decorará con rocas. El conjunto se completará con un juego de volúmenes que, más allá de distribuir el espacio, también servirá para habilitar lugares donde sentarse. La renovada iluminación, que formará parte del diseño, garantizará igualmente una visibilidad adecuada para el peatón nocturno.
«Esperamos que tras esta actuación los ciudadanos puedan andar con mayor tranquilidad por este lugar, incluso que sea un valor que invite a pasar por allí», destacó Laborda. «Es un proyecto que simboliza la idea de hacer de Irun una ciudad más amable y que en el área hemos tratado con mucho cariño».