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AMAIA CHICO
- SAN SEBASTIÁN
7 marzo 201707:10
La alta velocidad francesa no solo permitirá viajar a partir del 2 de julio desde Irun/Hendaia hasta París en cuatro horas y media, sino que incrementará las frecuencias de los trenes que llegarán hasta la muga desde la estación de Burdeos, en plena transformación para adaptarse a los nuevos tráficos ferroviarios que la atravesarán. La consejera vasca de Infraestructuras aprovechó la reunión entre los máximos mandatarios de la Eurorregión en la capital de Nueva Aquitania para desarrollar su propia agenda y buscar compromisos concretos para la integración del servicio ferroviario vasco con el de Iparralde.
Una de las mejoras en la integración ferroviaria del eje atlántico que la CAV comparte con la región francesa es la conexión con París, que a partir de verano no solo acortará el tiempo del viaje en más de una hora, sino que ampliará los servicios diarios. Actualmente, dichas frecuencias oscilan entre cuatro y seis trenes al día, algunas de ellas desde la estación de Irun. Pero a partir de verano, aumentarán, según fuentes consultadas, a entre 6 y 10 servicios de conexión diarios entre la frontera vasca con la capital francesa.
Tapia se centró ayer en estos tráficos y en las nuevas posibilidades operativas que permitirá no solo la llegada de la alta velocidad a Burdeos este verano, sino sobre todo la llegada de la alta velocidad a Donostia en 2019. E intentó convencer de sus bondades al vicepresidente de Nueva Aquitania, Renaud Lagrave, de quien logró un «compromiso» para colaborar más estrechamente en todos los frentes puestos sobre la mesa. El más inmediato es, como avanzó hace unos días este periódico, la remodelación de la estación del Topo en Hendaia y su integración, que no fusión, con la terminal de los trenes franceses, situada a pocos metros. No hay calendario previsto para esas obras, cuyo proyecto constructivo está casi rematado. Pero sí un interés de los responsables de ambos lados de la muga por mejorar el servicio de una terminal que recibe 700.000 viajeros al año, pero que con la llegada de la alta velocidad puede ver incrementado ese tráfico. En próximos días, técnicos de ETS y de la empresa ferroviaria francesa SNCF mantendrán un encuentro para contrastar el proyecto de Hendaia y «desbloquear los trámites administrativos» correspondientes para dar otro paso en una integración ferroviaria que Euskadi pretende llevar a cabo a nivel técnico, de estructuras, pero también a el nivel operativo, de gestión.
Sobre eso también conversaron Tapia y Lagrave, sobre las nuevas líneas de viajeros que se proyectan, de cercanías y de media distancia, una vez el ancho de vía en la CAV se adapte al europeo (el tercer hilo hasta Donostia concluye en 2019). Tapia habló de las futuras conexiones entre Baiona y Donostia o, cuando se culmine la Y vasca, entre Bilbao y Burdeos. Pero también trasladó el interés por analizar la demanda interna de viajeros en una eurorregión que acoge a 9 millones de ciudadanos. Y las futuras conexiones también con los últimos en sumarse a ella, los navarros.
Paso subterráneo
Tras ese encuentro, más de intercambio de proyectos y de impresiones que de acuerdos concretos, Tapia visitó la estación de tren de Burdeos y las obras que están llevando a cabo para integrar la alta velocidad y adaptar el espacio ferroviario a los nuevos tráficos de viajeros y de mercancías que confluirán en ella a partir de julio.
La terminal de Burdeos no tiene nada que ver en tamaño con la que se proyecta en Donostia para dar la bienvenida al TAV en 2019 o 2020. Pero además de la distribución de vías o de la inmensa cubierta que acoge en Burdeos a los trenes de cercanías, alta velocidad o de mercancías, sí existe algún elemento común entre ambas terminales. Según constataron los responsables vascos, el «paso subterráneo» para acceder a los andenes es similar al donostiarra.