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Noticia publicada en Diario Vasco,el viernes día 15 de Febrero de 2019.

Ikust Alaia afronta una rehabilitación para adaptarse a la normativa vigente

El salón con la chimenea, en la planta baja, conservará su aspecto original después de la reforma. / FOTOS: FERNANDO DE LA HERA
El salón con la chimenea, en la planta baja, conservará su aspecto original después de la reforma. /FOTOS: FERNANDO DE LA HERA

EL DIPUTADO DE CULTURA, DENIS ITXASO, Y EL ALCALDE, JOSÉ ANTONIO SANTANO, VISITARON AYER LAS OBRAS | LOS TRABAJOS, FINANCIADOS ENTRE EL AYUNTAMIENTO Y LA DIPUTACIÓN, BUSCAN ADECUAR EL FUTURO MUSEO A LOS PRECEPTOS DE SEGURIDAD Y ACCESIBILIDAD

JOANA OCHOTECOViernes, 15 febrero 2019, 08:30
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Ikust Alaia es un edificio con un gran valor emocional para muchos vecinos de Irun: quizá porque era allí adonde acudían a leer la prensa cada día, porque estudiaban para sus exámenes universitarios en aquella diáfana sala del primer piso, o porque entre las estanterías de madera oscura encontraron al que se convirtió en su libro favorito. Su uso como biblioteca municipal desde la década de los ochenta hasta hace apenas cuatro años ha conferido a este inmueble un carácter especial, tanto por el contenido como por el continente.
El Ayuntamiento quiere recuperar el uso público de Ikust Alaia transformándola en el Museo de la Ciudad. Pero ello conlleva la necesidad de realizar unos trabajos de acondicionamiento para que el edificio cumpla con la normativa vigente de accesibilidad y seguridad. Las obras ya han comenzado: tienen un presupuesto de 993.059 euros y un plazo de ejecución de nueve meses. La Diputación de Gipuzkoa sufragará la mitad del coste mediante una ayuda de 500.000 euros. El diputado de Cultura, Denis Itxaso, y el alcalde, José Antonio Santano, visitaron ayer el edificio.
Lo cierto es que, para quienes conocieron Ikust Alaia con las paredes hasta arriba de libros y ese trasiego silencioso de gente propio de una biblioteca, el estado actual del inmueble impacta: la barandilla de la imponente escalinata se ha retirado, las paredes están desnudas... Resisten, eso sí, algunas de las molduras ornamentales, las puertas de madera oscura y sus elegantes marcos, las vidrieras... Pero no todos estos elementos podrán conservarse.
Luis Uzcanga, arquitecto encargado de la rehabilitación técnica de Ikust Alaia, explicó que «se trata de preparar los espacios» para el futuro uso del inmueble, «reforzando la estructura y haciendo el edificio accesible». Ikust Alaia no cumplía con los requisitos de seguridad que establecen «los estándares actuales exigibles a un edificio público. A todos nos hubiera gustado ser más conservadores en esta operación de rehabilitación», reconocía Uzcanga, «y lo hemos sido hasta donde hemos podido».
Es necesario «reforzar toda la estructura del edificio: vigas, forjados, postes...». El inmueble data de 1891, con una reforma posterior en 1925, «y construido con las técnicas de entonces. Para hacer seguro este edificio de acuerdo al uso que va a tener, es inevitable una operación estructural gruesa, mayor de la que pensábamos inicialmente. Hay que hacer una operación de desmontaje previa de difícil reparación». El alcalde subrayó que «la seguridad es lo primero. Nos sorprendió que existieran problemas de cimentación, pero están ahí» y es necesario abordarlos.
Los esfuerzos están puestos en mantener tal y como está la estancia de la planta baja dominada por una señorial chimenea en un frente revestido de madera, «seguramente la sala más significativa del edificio. Se mantendrá, básicamente, como está», explicó el arquitecto.
Para el resto del inmueble se plantean «espacios más fluidos» que los actuales, necesarios dado que el futuro museo conllevará la entrada de «grupos de gente». Ikust Alaia se convertirá en un edificio «menos compartimentado», pero se quieren «mantener determinados elementos muy significativos. Se va a hacer un esfuerzo por conservarlos», subrayó Luis Uzcanga.

La fachada y el jardín

Tanto la fachada como el espacio exterior de Ikust Alaia, con esa zona de estancia ornamentada con columnas y esculturas, conservarán su aspecto actual después de los trabajos. «La imagen exterior va a ser exactamente la misma». Eso sí: al edificio principal se le va a adosar «un módulo», en la fachada orientada hacia el polideportivo Artaleku, que «para resolver los problemas de accesibilidad» contendrá un ascensor y una segunda escalera.
Por su parte, Denis Itxaso aseguró que «la ambición con la que Irun está trabajando el desarrollo cultural es realmente encomiable. El hecho de que Irun quiera contar con un museo con su historia, y habilitar este espacio para ello, es un acierto».