Emigración, a las puertas de un cambio Inprimatu
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Noticia publicada en Diario Vasco,el jueves día 9 de Mayo de 2019.

Emigración, a las puertas de un cambio

Gesto simbólico. Loza entregó a Santano un llavero con las llaves de la propiedad./ F. DE LA HERA
Gesto simbólico. Loza entregó a Santano un llavero con las llaves de la propiedad. / F. DE LA HERA

EL ESTADO OFICIALIZÓ AYER LA CESIÓN GRATUITA AL AYUNTAMIENTO DE IRUN DEL SINGULAR EDIFICIO DEL BARRIO DE SAN MIGUEL

IÑIGO MORONDOIRUN.Jueves, 9 mayo 2019, 08:00
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Para generaciones de irundarras, el edificio de Emigración es sólo el sitio donde estaban las oficinas de la Seguridad Social y del Inem, ahora Lanbide. Quienes cuentan algunos años más saben que fue la respuesta del Estado ante la necesidad de los emigrantes españoles que viajaban a Europa para trabajar, fundamentalmente en campañas agrícolas, pero también en otras labores.
A mitad del siglo pasado, cada año llegaban a Irun miles de personas con el objetivo de pasar a Francia. Para franquear la frontera, aquí debían regularizar sus papeles con una serie de trámites que no eran, ni mucho menos, inmediatos. La oficina administrativa que los tramitaba se encontraba en San Miguel, un barrio que enseguida se adaptó a la situación con hosterías de todo tipo y condición. Los comercios del barrio encontraron buenos clientes en quienes iban a viajar a países donde no podrían comprar productos propios de éste y que regresarían, meses o años después, con dinero contante y sonante calentándoles el bolsillo y con muchas ganas de impresionar en su regreso a casa. Las tiendas que hacían de consigna de maletas sacaban un extra. Sucursales bancarias, taxistas y tantos otros también hacían negocio.
Para atender a las necesidades más básicas de esas personas que salían a Europa en busca de oportunidades, el Instituto de Emigración encargó al arquitecto Alejandro de la Sota un edificio que sirviera de albergue. En 1963 se estrenó ése que los irundarras conocen como el edificio de Emigración, con un enorme comedor donde hoy está Lanbide y más de 70 habitaciones triples con baño compartido para alojar emigrantes; en un ala las mujeres, en la otra los hombres.
Fue albergue público para quienes iban a trabajar a otros países mientras formalizaban el papeleo
Ayer, al pasar a manos del Ayuntamiento, los representantes del Estado y del Gobierno municipal visitaron en esa parte del edificio, la que más tiempo ha carecido de uso. Se ha conservado mejor de lo esperable, sobre todo comparado con el desvencijado exterior. Aún hay ejemplos del mobiliario que De la Sota diseñó para el lugar. Resiste como nuevo su techo acústico, no muy bonito pero que debió ser un avance en su época y que hoy evita el eco que suele acompañar el paseo por edificios tan vacíos.
En el futuro, está previsto que acoja apartamentos públicos para jóvenes en régimen de alquiler
Ese interior tiene fecha de caducidad. La idea del Ayuntamiento, y a tal fin se ha producido la cesión gratuita del Estado, es convertir el antiguo albergue en unos cuarenta apartamentos para jóvenes. Tampoco las sillas, los taburetes tapizados o los butacones que el arquitecto del edificio diseñó y aún permencen dentro del inmueble durarán mucho allí. Antes de formalizar la cesión, el Estado alcanzó un acuerdo para que todo ese patrimonio se incorpore a los fondos de la Fundación Alejandro de la Sota.