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Martes, 05 de Noviembre de 2019 10:12

Noticia publicada en Diario Noticias de Gipuzkoa,el martes día 5 de Noviembre de 2019.

Avisos que buscan la seguridad

EUSKALMET TIENE TRES TIPOS DE ADVERTENCIAS: EL AVISO AMARILLO, LA ALERTA NARANJA Y LA ALARMA ROJA. ATENDERLAS ES LA MEJOR FORMA DE AUTOPROTECCIÓN.
UN REPORTAJE DE ARANTXA LOPETEGI. FOTOGRAFÍA IKER AZURMENDI - Martes, 5 de Noviembre de 2019 - Actualizado a las 06:03h
Varias motocicletas tiradas en el suelo por la fuerza del viento en la calle Mari de Donostia.
Varias motocicletas tiradas en el suelo por la fuerza del viento en la calle Mari de Donostia. (Foto: Iker Azurmendi)
Varias motocicletas tiradas en el suelo por la fuerza del viento en la calle Mari de Donostia.Árboles caídos en la calle Juan Thalamas Labandibar de Irun.
Que en otoño llueva, amanezcan jornadas ventosas o la mar muestre su cara más brava no resulta extraño. En consecuencia, tampoco lo es que se produzcan caídas, se rompan paraguas o un chaparrón nos sorprenda en plena calle. Lo que no debería ser habitual, pero lo sigue siendo, es que en más de una ocasión, por desconocimiento o por desoír las advertencias, haya personas que se pongan en situaciones de riesgo ante avisos o alertas por diversas causas meteorológicas.
Desde Euskalmet, además de brindar puntual información sobre el tiempo y sobre avisos amarillos, alertas naranjas o alarmas rojas, también se practica la pedagogía. Al menos con ese objetivo subieron a las redes un vídeo, de autor desconocido, en el que podía verse cómo eran arrastrados al agua algunos jóvenes que paseaban por un arenal en una jornada en alerta naranja por fenómenos costeros.
El responsable meteorológico de Euskalmet, José Antonio Aranda, lo explica así: “El área de Meteorología del Gobierno Vasco está dentro de la dirección de Emergencias y Metereologías, y una de sus funciones es también abundar en la autoprotección para que la gente aplique esos consejos en eventos de meteorología adversa. Queremos ir formando a la gente para que se autoproteja”.

Por ello, añade, intentan “no dar avisos, alertas y alarmas solo en base a unos parámetros meteorológicos, sino también en función del impacto que van a tener esos fenómenos”.
Hay un consejo de aplicación casi universal: no acercarse a las zonas que pueden ser problemáticas cuando ocurren dichos fenómenos.
Cuando se dan temporales de mar, y hay “periodos relativamente largos de tiempo entre ola y ola, de vez en cuando entran series de olas más grandes que van cabalgando una sobre otra y las últimas avanzan muchísimo más que el resto”. De ahí que puedan adentrarse mucho más en la arena o en los paseos marítimos.
Los avisos de Euskalmet se afinan para “acercar a los usuarios a las problemáticas que pueden encontrarse” y se define si el aviso, por ejemplo, afecta a la navegación, a la costa u a otra actividad o ámbito.
Estos días de gran oleaje puede ocurrir que “apenas se den problemas en los paseos marítimos”, en otras ocasiones muy castigados, y “en la playa suceda que el oleaje esté lejos y, de repente, lleguen olas que avancen muchísimo más que el resto”.
DIFERENTES ADVERTENCIAS Euskalmet establece distintos niveles de advertencias según sea la gravedad del fenómeno meteorológico. El aviso amarillo, explica Aranda, es muy habitual y “viene a decir: estáte enterado. Normalmente no vas a tener problemas, pero ten cuidado”.
Cuando se declara una alerta naranja “la cosa ya empieza a ser seria. Hay que estar con todos los sentidos alerta e intentar no acercarse al peligro”. En lo más alto del escalafón en materia de peligro se sitúa la alarma roja. “Es tan grande el peligro que la Administración puede, y muchas veces lo hace, tomar cartas en el asunto, adopta medidas más extremas y prohíbe algunas cosas o actividades”.
Euskadi ha vivido un fin de semana muy accidentado como consecuencia de un fuerte temporal con intensas rachas de viento. La estela de desperfectos que ha dejado el temporal, que obligó a Euskalmet a decretar la alerta naranja por viento, es larga ya que, solo en Donostia, los bomberos tuvieron que hacer frente a medio centenar de incidencias, cifra que aumenta de forma evidente si se lanza una mirada al conjunto de Gipuzkoa.
Irun fue uno de los municipios más castigados por las fuertes rachas de viento. Entre las numerosas incidencias atendidas se halla la caída de varios árboles en la calle Juan Thalamas Labandibar, que obligó a cortar el paso durante varias horas.
La fuerza del temporal fue tal que provocó que se rompieran varias claraboyas del techado de la Biblioteca del campus de la EHU/UPV de Leioa. Aunque no se produjeron daños personales, para evitar cualquier peligro la biblioteca permaneció cerrada toda la jornada de ayer.
La borrasca Ameliese dejó notar también mucho en la mar. En Pasaia se llegaron a medir olas de 8,7 metros y de diez metros en la boya de Donostia.
La de hoy será una jornada lluviosa “con precipitaciones persistentes” y se mantendrá el aviso amarillo de navegación por oleaje.