Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 12 de Enero de 2022.

El Centro Cultural Carlos Blanco Aguinaga, más conocido por las siglas CBA, se puso en marcha hace 7 años ocupando poco más de la mitad de una plata de sótano que se generó con la reurbanización de la plaza de San Juan. Además de los 2.700 m2 que desde entonces viene utilizando la biblioteca municipal (con servicios complementarios como la sala de estudios, ordenadores, salas de conferencias, bibliotecas juvenil e infantil...), otros 2.400 m2 aguardaban su momento. Había que encontrar el hueco presupuestario, sí, pero, sobre todo, había que pensar y decidir a qué se iban a destinar.

En realidad los conceptos genéricos estaban más o menos claros casi desde antes de que se abriera la primera fase del CBA, pero cómo se concretaban, cómo se repartían los espacios, que se incluía y qué no... El debate, más interno que público, ha sido largo y ha dejado como resultado un proyecto que la Junta de Gobierno aprobó justo antes de que acabara el año y que ayer presentó el alcalde, José Antonio Santano, junto a la delegada de Obras Cristina Laborda, y la directora del área de Cultura, Eunate Encinas, en ese espacio de la planta -1 de San Juan que aguarda, con paredes, techos y suelos descarnados, que llegue esa obra que, aprobado el proyecto, ya ha salido a concurso.

Serán 3,88 millones de euros y 12 meses plazo (más los meses que tardará en llegar la adjudicación del contrato y los que requerirá posteriormente equipar el edificio) para hacer realidad la segunda fase del CBA con dos conceptos que han marcado el proyecto, «cultura y juventud», apuntaba Santano. Recordó que con la reurbanización de San Juan «inventamos este espacio que no existía y que nos ha permitido mantener la plaza y su entorno con un carácter peatonal y, sin ocupar ese espacio, generar más de 5.000 metros cuadrados destinados a la cultura en pleno centro».

La centralidad es una de las claves del proyecto. «Siempre hemos hablado de eso, de que queríamos un lugar vanguardista, con espacios muy polivalentes, en el que tuvieran cabida propuestas más tradicionales, como las que vemos en la biblioteca, con otras más contemporáneas y tener todo eso en pleno centro de la ciudad», subrayó Laborda.

Encinas explicó que el CBA en su conjunto se definió como «un centro de lenguas y lenguajes. La parte de la biblioteca viene trabajando la parte de la palabra, de la lengua, con un programa intensivo muy interesante y en varios idiomas. La lengua en su concepto más global, amplio y diverso. Ahora», anunció, «abordamos la parte de los lenguajes artísticos y culturales: música, artes escénicas y visuales, moda, escultura... Será una constelación de propuestas para un universo planteado de forma multidisciplinar en el que se respalda el talento joven y se favorece el encuentro de las personas con la cultura».

Ese planteamiento ha llevado a una propuesta «con una filosofía de vanguardia, innovadora y abierta a todos los públicos» construida sobre «tres ejes estratégicos» en los que el área de Cultura ya venía trabajando: Irun Faktory (como espacio de encuentro de creación artística contemporánea), Irun Zuzenean (la marca de programación de música en directo en la ciudad) y Kultura KM0 (para el impulso de los profesionales locales del sector cultural)

Irun Faktory tendrá su sede física en esta segunda fase del CBA, un taller de creación del que se espera que se beneficien «exposiciones, talleres y propuestas de mediación» en el propio centro cultural «y en otros puntos de la ciudad», prometía Encinas.

Un espacio que reclamará su aportación será la nueva 'plaza' interior que generará esta ampliación del centro cultural. Conectará el nuevo acceso desde la calle Jesús con el atrio central, que le aportará luz natural y entrada a dos alturas. Se plantea como un lugar que puede acoger exposiciones, «que pueden ser distintas a las de cuadros colgados», avisa la directora de Cultura, pero tiene que ser mucho más: espacio de interrelación de los distintos servicios del CBA punto de encuentro y alternativa para actividades de todo tipo. «Vamos a cuidar mucho la programación y la dinámica de la ciudad nos dirá qué funciona y qué cosas pasan a partir de los encuentros que se den aquí», auguró Encinas.