«Vender cerca de donde se produce es parte del modelo ecológico»

Bioterra cerró ayer su edición de 2014. Tras estrenarse en 2004 en un sector incipiente, se ha consolidad como el principal referente del norte penínsular en lo relativo a productos ecológicos. En los últimos años, el comité organizador, que pende directamente de la propia Fundación Ficoba, ha encontrado un aliado para enfocar mejor sus esfuerzos, el Consejo de Agricultura y Alimentación Ecológica de Euskadi, Eneek por sus siglas en euskera. Ramón Bengoa, productor ecológico de Durango, preside este Consejo

–Nada que ver con lo de ahora. Hubo un pequeño boom, mucho menor que el de ahora, pero suficiente para ver que la agricultura ecológica era un sector que podía crecer y podía hacerlo rápido. Pero no hubo un organismo que uniera a los productores, como el Consejo que nació en 2008, y perdimos unos cuantos años. Desde 2008, sin hacer nada del otro mundo, con el Consejo y gracias a una clientela muy fiel, se creció un 60% en número de operadores y en superficie hasta 2011.

–Tiene un presupuesto y unos objetivos claros;los agricultores estamos presentes y ofrece control y promoción, que son una garantía para el productor y para el cliente.

–Toda la normativa que rige la producción ecológica es europea. Lo que el Consejo Europeo aprueba ahora es una modificación para eliminar excepciones que se admitieron en su día para ayudar al crecimiento del sector. Va a suponer un mayor acercamiento a los planteamientos de base, a lo que realmente se entiende por producción ecológica, pero va implicar nuevas dificultades. La respuesta a los nuevos problemas se ha coordinado desde el Consejo con el Gobierno Vasco

–Hemos desarrollado un Plan de Actuación de Fomento de la Agricultura Ecológica que esperamos que ayude. Sobre todo desarrollando investigación, porque hasta ahora se ha hecho muy poco. Hay que investigar sobre distintas plantas, las variedades más adecuadas para cada zona y cómo hay que trabajarlas; cómo introducir alimentos ecológicos en comedores colectivos como los de los colegios; cómo distribuir los alimentos mediante una red organizada eficaz que ahora no existe y tiene que ser la vía para conseguir que podamos realizar una oferta constante… Se van a desarrollar proyectos piloto muy concretos y a partir de ahí, se estudiarán los resultados para extender lo que haya funcionado bien.

–Es que agricultura ecológica es innovación. Es así desde que empezó en este país. Ha habido que mirar todo: semillas, variedades, métodos… Cómo afrontar cada problema sin recurrir a las soluciones convencionales no ecológicas, inventando nuevas. Cómo mejorar y optimizar los recursos. El problema es que todo se ha hecho de forma individual y, aunque los agricultores se han ayudado unos a otros, no ha habido coordinación ni investigación conjunta.

–Yo creo que ése no es su cometido, pero en toda feria se hace relación. No es el objetivo último, pero cumple esa función. Hay charlas, demostraciones, catas... y los productores se reúnen y hablan de sus problemas y de las soluciones que aplican.

–La conocía de antes, porque era la única feria de este calibre de agricultura ecológica. Pero desde que presido Eneek, la conozco más de cerca. Desde que Eneek colabora con la organización de Bioterra somos muy conscientes de que existe una sensibilidad hacia nuestro modelo productivo:distribuir cerca de donde se produce. En ese sentido, estamos muy cerca.

–Sí, claro, por supuesto. Hay productos (aceite, vino, etcétera) que por sus características tienen otras posibilidades de enfrentarse al mercado. Pero cuando lo que cultivas son frutas y verduras, por ejemplo, parece que lo lógico es venderlas en tu entorno. Así lo vemos nosotros, y aunque quizá en la parte expositiva de Bioterra eso esté un poco más diluido, en las conferencias y en las charlas se apuesta por esa vía. No hace falta ser más listo que nadie para darse cuenta, porque es el modelo más lógico, el de sentido común. Es el modelo verdaderamente ecológico.