6 junio 201500:12
Cada visita a las futuras instalaciones culturales del subsuelo de San Juan mejora las sensaciones de la anterior. La biblioteca Carlos Blanco Aguinaga tiene previsto abrir sus puertas el próximo 1 de octubre y avanza con paso firme hacia esa fecha. La mayor parte de la obra de adecuación del espacio está completa (faltan pequeños detalles) y la semana que viene empezará a llegar el mobiliario. «Durante el verano empezará el traslado del contenido que tenemos en Ikust-Alaia y en la sala de préstamos de la plaza Aguirreche, que es mucho», explicó ayer el alcalde en funciones, José Antonio Santano. «Lo queremos hacer con calma y bien y calculamos que podría llevarnos más de dos meses completarlo».
El objetivo son esas primeras fechas del mes de octubre en las que la nueva biblioteca se abrirá al público y, seguramente, sorprenderá a muchos irundarras por su diseño, su amplitud y su luminosidad. Será, además, una instalación con propuestas novedosas que pretende ir más allá del concepto clásico de biblioteca, incorporando, por ejemplo, espacios específicos dirigidos a bebés, niños y jóvenes.
«Él era de la calle Santiago»
El motivo por el que ayer se visitó el desarrollo de los trabajos fue la presencia en la ciudad de Alda Blanco, la hija del académico, humanista y escritor irundarra Carlos Blanco Aguinaga, quien dará nombre a la nueva biblioteca. Alda reside en México, donde su padre se exilió con motivo de la Guerra Civil. «Él nos empezó a traer a Irun de niñas. Desde 1963, venimos casi todos los años y aunque mi padre falleció, yo sigo viniendo a ver mis primas». A pesar de que tuvo que dejar su ciudad natal con apenas diez años «mi padre seguía considerándose de la calle Santiago», explicó.
Sobre el nuevo equipamiento cultural dijo que «es un gran honor para mi padre dar nombre a esta biblioteca y creo que también lo es para Irun tener un lugar como éste, que, estoy segura, a él le hubiera gustado mucho. Agradezco al alcalde y a todos los iruneses que se acordaran de mi padre. Fue apenas una semana después de su fallecimiento y fue una sorpresa muy emocionante. Creo que es lo más bonito que se podría haber hecho por él porque tenía muy presente la que consideraba su ciudad, era su gran referente».