20 julio 201600:36
La séptima edición del festival romano Dies Oiassonis ha dejado muy buen sabor de boca. «Toda la animación en torno al Museo Oiasso, unido a las iniciativas en clave de gastronomía, ocio y atracción turística han hecho de esta edición la más completa hasta la fecha, en lo que es ya el espectáculo del verano en Irun», destacó el delegado de Promoción Económica, Miguel Ángel Páez, que añadió que las impresiones recogidas «son muy positivas». Una valoración que comparten desde el museo tras haber recibido «comentarios muy favorables, sobre todo por la llegada de nuevos contenidos y la sensación de que es un festival que sigue creciendo».
La cita ha contado con multitud de actividades para todos los gustos: mercado romano, espectáculo de gladiadores en el frontón de Santiago, talleres, teatro, cena gourmet... Todos ellos han contado con «una afluencia de público muy importante». En ese sentido, Páez destacó el trabajo conjunto de las diferentes asociaciones que han contribuido a que «Dies Oiassonis sea una cita esperada y muy querida, convertida en imagen de ciudad y en una alternativa consolidada que mezcla cultura y ocio».
El Museo Romano Oiasso, la asociación de comerciantes Bidashop y la plataforma Irun Dastatu han contribuido a esa variedad de propuestas de las que se ha podido disfrutar el fin de semana. Un año más la Navigium Isidis, celebrada el domingo, fue uno de los actos principales. Más de un centenar de voluntarios participaron en la procesión ante la atenta mirada de un numeroso público.
Una de las novedades de esta edición fue el combate de gladiadores en el frontón de Santiago, organizado por Bidashop, y que fue escenificado por la compañía catalana Drakonia. Con aforo para cerca de 600 personas por pase, en total se vendieron 2.300 entradas para las cuatro representaciones que se realizaron el sábado y domingo.
Talleres llenos
Los talleres para niños y jóvenes dinamizados por el museo fueron otra de las propuestas de éxito, ya que «estuvieron prácticamente llenos». Algo similar ocurrió con la obra teatral 'Medea', en la que a pesar de haber 120 sillas para ver la obra hubo mucha gente que disfrutó de ella de pie.
Los talleres organizados por Irun Dastatu también colgaron el cartel de completo. En el caso del cursillo de helados para niños hubo que repetirlo «ante la gran demanda». Otra de las actividades organizadas por la plataforma fue la cena gourmet, una cita que agotó todas sus plazas. «Irun Dastatu se ha vuelto a volcar con el festival, y las opiniones que hemos recogido durante los talleres indican que éste es un buen camino para seguir reforzando nuestro festival romano», apuntó Miguel Ángel Páez.
