Las sombras están en las «divergencias contables»

Una de las mejorías más notables entre el comienzo y el final de este lustro de gestión externa está en las encuestas de valoración de los usuarios. Lo que no ha cambiado en ellas es la buena nota que los abonados ponían y siguen poniendo a los monitores.

A eso se quiso referir el portavoz de SPI, David Soto, para defender a los trabajadores que «en su día aceptaron sufrir los ajustes mientras no hubiera beneficios». Como Alegre había reconocido, ha habido discrepancias entre los técnicos municipales y la empresa subcontratada en cuanto a cuándo se produjo ese momento. «Al final, cuando quedó claro que los beneficios habían llegado antes, la empresa pagó a los trabajadores lo acordado, pero lo hizo tarde. En el proceso, a la empresa le costaba dar la información que la Intervención municipal le solicitaba». Sin querer dudar de la buena voluntad de Bidasoa XXI, Soto explicó que esas «divergencias contables nos hacen dudar y procede reflexionar sobre el papel del Ayuntamiento en relación con los trabajadores. Estaremos vigilantes», prometió.

En la misma línea se expresó Oinatz Mitxelenea, portavoz de Bildu, aunque con más contundencia al afirmar que «hace cuatro años ya dijimos que no era la línea adecuada y lo que ha pasado nos lo confirma», dijo en referencia a «los diversos problemas con los trabajadores y las discrepancias en las liquidaciones entre empresa y técnicos municipales». No vio razones para prorrogar el contrato porque «todo lo bueno que ha pasado ha sido por los trabajadores y hubiera sido igual con un modelo de gestión mixta como el que teníamos antes», dijo antes de augurar «más problemas en el futuro».

Juana de Bengoeche (PP), pese a votar a favor, señaló que «el periodo es demasiado largo». Pidió al Gobierno que aclare a la empresa que «los usuarios son lo primero. Debe asumir los principios de la gestión municipal y anteponer el deporte como educación, ocio y salud al deporte como competición».