12 noviembre 201608:17
La imaginación es la gran herramienta del ser humano, la que le ha permitido idear el mundo que luego han esculpido sus manos. En un contexto de globalización que tiende a uniformizarlo casi todo, el concepto de industria creativa está adquiriendo valor como elemento diferenciador, como un nicho de negocio no sólo es posible, sino deseable. En ese camino trabajan juntas varias ciudades del País Vasco, Cataluña y la región francesa de Midi-Pyrénées reunidas en la Red de Ciudades Creativas, un proyecto con financiación europea «de gran interés para las ciudades de tamaño medio como la nuestra», señaló el delegado de Impulso Económico del Ayuntamiento, Miguel Ángel Páez.
Entre las actividades de esta red, surgió en 2013 la Feria de Industrias Creativas, un encuentro de innovadores proyectos empresariales que parten de la creatividad y la originalidad como elemento diferenciador y valor de posicionamiento en el mercado. «Las ediciones previas han sido una buena oportunidad para conocer experiencias que estaban teniendo lugar en Euskadi y, en esta cuarta edición, hemos conseguido abrirla a otras zonas y contar con proyectos catalanes y franceses que, como los nuestros, trabajan con el objetivo de abrirse paso en el mercado», explicó Carlos Sánchez, de Bitamine, la empresa que organiza, coordina y dinamiza la feria.
Irun Faktory, el espacio que el Ayuntamiento abrió como punto de encuentro para jóvenes creadores y artistas, fue una vez más el escenario de la feria. Páez lo destacó porque «queremos que sea punto de encuentro para la formación y la creatividad aplicada a la actividad económica». Recordó que la inminente llegada de Mondragon Unibertsitatea a Palmera-Montero, muy cerca de este equipamiento, «impulsará que se creen relaciones interesantes y, quizá, buenos proyectos». Hasta entonces, valoró lo que ya supone Irun Faktory como referencia para el desarrollo de la industria creativa local y agradeció poder contar ayer con «experiencias de éxito en este ámbito», aunque «es más importante aún ver que hay dinamismo, imaginación y nuevos proyectos».
Siete proyectos únicos
Con Sánchez como guía, tanto Páez como los representantes que se acercaron desde Barakaldo, Sant Just Desvern y Tournefeuille, recorrieron los stands montados en el local de Irun Faktory por las siete empresas participantes. La primera parada fue en el de 'Habian! Fabrika Kreaktiboa', una iniciativa nacida en Errenteria para artesanos de lo textil y la joyería que comparten espacio, maquinaria y asesoramiento y espera crecer no sólo con productos sino como mentor para terceros.
Gipuzkoa hizo otras aportaciones a la feria. La más local fue Gastroideas, un proyecto que nace de la Gastroteka Danontzat pero va más allá para, desde las artes creativas, apoyar el desarrollo de proyectos gastronómicos, sociales y culturales. También gastronómico fue el aporte de Vermuka, «un vermú artesano y casi sin azúcar que surge como alternativa al 'poteo' del norte penínsular». Re-Read es un modelo de librería low cost en Donostia construido bajo tres premisas: segunda mano, orden y precios únicos para todos los libros: 3, 5 o 10 euros. La propuesta más tecnológica de la feria fue MiniVap, de Hermes Medical Engineering, un vaporizador portátil para el consumo médico de cannabis «sin los nocivos efectos de la combustión».
Desde Tournefeuille se acercó 'La Ménagerie', un estudio de animación que, entre otros interesantes proyectos, presume con orgullo de 'Hyde', un programa de libre uso para convertir en vídeo capturas de webcam. Aprovecharon la feria para anunciar los próximos pasos en esa misma línea con aplicaciones para móviles y PC que ayuden a desarrollar un proyecto completo desde el guión al montaje final. De Cataluña, Helmet Dress, una firma que se define como «estilista del casco», presentó la idea de que, «para el urbanita que se desplaza en moto», el necesario casco es susceptible de convertirse en elemento de diseño mediante fundas intercambiables de alta calidad.
Además de conocer estos proyectos, el centenar de personas que se acercó ayer a la feria pudo participar en el taller 'Bazar de saberes y haceres' donde los expositores y otros creativos compartieron conocimientos «para un aprendizaje mutuo».