20 febrero 201707:30
Tras la animada tarde de sábado que dejó en Irun la llegada de los Caldereros de la Hungría, ayer por la mañana se vivió, con nubes amenazantes pero tiempo seco y cargado de alegría, el desfile de la comparsa de Iñudes y artzaias. Eraiki Dantza Taldea, agrupación del barrio de Behobia organizadora de la comparsa, consiguió reunir a alrededor de 150 participantes, entre pastores, nodrizas y personajes de época, a los que se sumaron los componentes de las charangas Gauerdi y Jostallu y los miembros de la Banda del Conservatorio Municipal.
No está de más decir que Eraiki se supera cada año en la presentación de esta vistosa y nutrida comparsa, en la que el vestuario se cuida con esmero y los bailes lucen por estar bien ensayados e interpretados por dantzaris mayores y pequeños. Además, cada año, esta comparsa que recrea el galanteo de pastores y nodrizas, se reserva en secreto una novedad y en este 2017, han sido los cuernos los que han dado la sorpresa.
El desfile de Iñudes y artzaias partió a mediodía de la calle Santiago, hacia la plaza de San Juan, donde se realizó la primera parada. El público respondió a la convocatoria de la comparsa y la recibió con aplausos durante todo el recorrido.
Abrían la marcha los mikeletes, seguidos de las iñudes y artzaias txikis, que saltaron y bailaron sin parar, lanzando a los bebés al aire, al son de la música de las charangas. Detrás, caminaba, muy seria, la comitiva institucional, formada por el alcalde, la alcaldesa y los señores principales. También se sumaron al desfile el obispo, el cura, las monjas, los médicos y las enfermeras, armadas éstas con enormes jeringuillas preparadas para inyectar las vacunas a los bebés.
La sociedad civil de la época estuvo representada por la maestra y los escolares, las floristas, el panadero, el afilador, el barrendero y vendedores varios de globos, galletas, caramelos y otras golosinas.
Las iñudes y artzaias adultos cerraban el desfile, pero entre todos estos personajes sobresalían los más novedosos. Iban vestidos con trajes de luces y más que desfilar hicieron su paseíllo. Se trataba de José Claro 'Pepete' y Manolo Torres 'Bombita chico', los toreros del cartel de la corrida inaugural de la desaparecida plaza de toros de Irun, celebrada el 29 de junio de 1910.
A estos dos maestros les acompañaba Enrique Vargas 'Minuto', que no llevaba traje de luces, sino que iba vestido de 'pelotari' porque, realmente, aquel día de 1910 extravió su baúl y tuvo que vestirse con la ropa de un monosabio.
El caso es que José Claro 'Pepete', Manolo Torres 'Bombita chico' y 'Enrique Vargas Minuto' hicieron ayer su faena en la plaza de San Juan, adonde se llevaron su burladero y sus toros bravos. La chavalería corrió de lo lindo ante los morlacos antes del inicio de la corrida y el público pidió las dos orejas y el rabo para los maestros.
Desde la plaza de San Juan, la comparsa se trasladó al Ensanche, donde esperaban la Banda del Conservatorio y un público numeroso. Los músicos interpretaron las piezas del Carnaval de los maestros Sarriegui y Santesteban, que fueron bailadas por los dantzaris de Eraiki. El fandango y el arin-arin pusieron punto final a una fiesta brillante.