“Será un gran honor ser el pregonero de las fiestas de Irun, mi ciudad, la que llevo en el corazón”

IRUN - Mateo Vergara es irunés, está a punto de cumplir los 50 años y lleva muchos años trabajando en televisión, como animador del público en los descansos de emisiones y grabaciones de programas tan emblemáticos como Operación Triunfo, Crónicas Marcianas, Mira quién baila, Allá tú, Tú si que vales , Tu cara me suena o su actual versión con rostros desconocidos, Tu cara no me suena todavía. El lunes, el Ayuntamiento de Irun le comunicó que ha sido elegido para leer el saludo oficial de las fiestas de San Pedro y San Marcial, el próximo 23 de junio.

¿Qué supone para usted leer el saludo de las fiestas de su ciudad? ¿Cómo recibió la noticia?

-El alcalde, José Antonio Santano, me llamó a media mañana del lunes para comunicarme la noticia y además, que había sido por unanimidad de todos los grupos políticos, algo que me alegra de forma especial. Para mí, es todo un regalo y un gran honor. Será maravilloso ser el pregonero de las fiestas de Irun, mi ciudad, la que llevo en el corazón y la que paseo con orgullo allí donde estoy. Además, me gusta eso de pregonero. Espero hacerlo bien.

¿Cómo tenía la agenda? ¿Con su trabajo, le habrá tocado faltar más de una vez en fiestas y sobre todo el día de San Marcial, no?

-Este año parece que es mi año, se han conjurado los astros o algo así. Miré el calendario en octubre y vi que el 30 de junio era viernes y teniendo mi agenda encima, sabía que termino de grabar Tu cara no me suena todavía unas semanas antes. Y me dije: Este año, me voy a Irun desde el 28 junio. Y tengo billete para llegar a casa ese día a las 8.00 horas, como casi nunca suelo poder hacer. Ha habido años que no he podido estar en fiestas pero siempre hago lo imposible. El año pasado, desfilé en el Alarde el 30 de junio y al día siguiente, para las 10.00 horas, estaba ya en Barcelona, grabando en un plató. Y cuando no he podido estar, me pongo mi ropa del Alarde y mis compañeros y amigos saben qué día es el 30 de junio.Todavía recuerdo el Gora Irun!que lanzó Jesús Vázquez un día de San Marcial, en Operación Triunfo, nombrando que eran las fiestas de mi ciudad.

¿Y qué les dirá a los irundarras el 23 de junio?¿Ha tenido tiempo de pensar en el saludo?

-No mucho todavía porque estoy asimilando la noticia. Lo que sí tengo claro es que voy a ser yo mismo, voy a contar mi experiencia, el cómo es vivir las fiestas de Irun estando fuera. Y hablaré, seguro, de cariño, del respeto entre todos y con muy buen rollo, porque son los motores de mi vida. Trabajo en televisión y sé lo que cuesta entretener a un público durante diez minutos, que es mi trabajo. O sea que trataré de hacerlo lo mejor posible.

Es conocido y sabido que usted desfila en la Escolta de Caballería del Alarde tradicional. ¿Qué es para usted el Alarde?

-Para mí el Alarde es algo único, lo llevo en el corazón y en mis huesos, porque lo he vivido y mamado desde pequeño, en casa. Mi padre fue General del Alarde, lo era en el año 1996, cuando empezó la disputa sobre la participación de mujeres en el rol de soldados, con la irrupción de un grupo en el desfile. Y mi hermana fue cantinera. Yo tengo mi recuerdo doloroso de aquello, por lo que afectó a mi familia y también a mis amistades. Tengo mi visión personal sobre este tema, una visión que algunos amigos, sobre todo aquí en Barcelona, no terminan de comprender y que les sorprende en mí. Respeto la elección de cada uno, pero el tradicional es y será mi Alarde. Este año, además, estoy feliz. Porque además de este regalo del pregón de las fiestas, he sido elegido alférez de la Escolta de Caballería, lo que es otro inmenso honor y un orgullo.

¿Viviendo en Barcelona y con la locura que debe ser el trabajo de grabaciones de televisión, cómo lleva lo de montar a caballo?

-Llevo montando a caballo desde los siete años, o sea que algo de práctica ya tengo. No tengo un caballo propio y a lo largo del año, suelo montar de vez en cuando alguno de los tres que sí tiene un buen amigo mío. Los que ganan mucho dinero en televisión son las estrellas, yo tampoco me quejo, pero para caballos no me da.