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Lunes, 25 de Junio de 2018 09:40

Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 24 de Junio de 2018.

«Que nada ni nadie interfiera en los sentimientos sanmarcialeros»


De corazón. Asun Casasola ofreció ayer un Saludo Oficial de las fiestas pleno de sentimiento, pero no falto de reivindicación. 

ASUN CASASOLA ABRIÓ LAS FIESTAS CON UN DISCURSO QUE CONJUGÓ A LA PERFECCIÓN UNA PARTE REIVINDICATIVA Y OTRA DE CELEBRACIÓN FESTIVA

IÑIGO MORONDOIRUN.Domingo, 24 junio 2018, 10:45
«Cuando llegan los famosos sanmarciales, la alegría se desborda por las calles. Irun, la ciudad del buen humor, maravilla de color». Asun Casasola utilizó esta cita de la popular canción para referirse a los sentimientos que despiertan en la ciudad las fiestas a las que ayer ella daba comienzo. «Mi deseo es que, a la par de la alegría y del buen humor, también desborden las calles la amistad, el respeto y la tolerancia», expresó.
Su pregón fue una mezcla medida, perfecta, de fiesta y reivindicación. La ciudad está en plena algarabía y eso hay que ensalzarlo, disfrutarlo, celebrarlo. Pero en este año en el que las calles se están vistiendo tanto de morado; en este 2018 en el que se cumplirán pronto diez años del asesinato de Nagore Laffage, la hija de Asun, en los sanfermines de Pamplona, no podía faltar reivindicación en su mensaje. Era lo esperado, lo justo, lo debido, lo deseado. Lo que necesitábamos.


«Las fiestas no deben ser un espacio donde una mujer se pueda sentir ninguneada, acosada, ni agradeida, ni verbal ni físicamente. Nuestros sanmarciales, como cualquier otra fiesta, deben ser espacio de encuentro, donde todas las personas, hombres o mujeres, tengan derecho a disfrutar; donde no tengan cabida los rechazos, las vejaciones ni las agresiones por motivo de género u orientación sexual». Aludiendo a cuanto hay de bueno en las fiestas irundarras, planteó «que no haya nada ni nadie que interfiera en los sentimientos sanmarcialeros; que todos los ámbitos festivos queden huérfanos de violencia; que las fiestas sean ese espacio de encuentro donde pueden disfrutar todas las personas: niños, mayores, hombres, mujeres, irundarras y visitantes; donde todo el mundo encuentre su lugar en un entorno de cordialidad y concordia».
Los goras a Irun y San Marcial, respondidos con calor por las muchísimas personas que se encontraban en la plaza de San Juan y los alrededores, pusieron el punto y final al pregón sanmarcialero de Asun Casasola.

«Que arda lo malo»

Llegó entonces el momento de que el alcalde, José Antonio Santano, prendiera el fuego de la hoguera de San Juan. «Quememos en esas llamas las tristezas, los desasosiegos y los miedos», había invitado previamente el primer edil durante el acto que tuvo lugar en el consistorio antes del pregón y al que asistieron autoridades locales y vecinas, además de la familia y amigos de Asun Casasola, incluido su marido Txomin Laffage, así como representantes de diversas entidades locales y asociaciones de mujeres bidasotarras y de Pamplona.
Es parte también de esa liturgia propia que la víspera de San Juan tiene tiene en la ciudad. También la tiene el sábado previo a las fiestasy si ambas jornadas coinciden, muchos actos se ven obligados a compartir protagonismo. Pese a las coincidencias, no faltó gente acompañando aquellos que junto al pregón desde el balcón y el prendido de la hoguera marcan el comienzo oficial de las fiestas de San Pedro y San Marcial.
Antes de que Asun Casasola se asomara a la balconada, Kemen Dantza Taldea había ofrecido su espectáculo sanmarcialero, una Soka dantza de la que disfrutaron muchísimas personas que rodeaban el vallado protector de la hoguera. Y antes aún, se había colocado el árbol de San Juan. Mientras la grúa elevaba el tronco pelado y los operarios ajustaban su base, la Banda Municipal de Txistularis interpretó el Zortziko de San Juan.
En el mismo pequeño escenario, justo ante la puerta del consistorio, los mismos músicos se personaron unas horas después para poner banda sonora a las llamas que deboraban la hoguera. Para cerrar el círculo de esa tarde-noche tan especial que es la del día 23 de junio, mientras el fuego se llevaba los malos sentimientos, unas manos hábiles se llevaban las bolsas con el aguinaldo del trondo de San Juan. 200 euros en una; 250 euros en la otra. Para él, como para todos, el de ayer fue un buen comienzo de las fiestas.