«Es una orquesta normal, solo que un día vienen cámaras a grabarnos» Imprimir
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Viernes, 16 de Octubre de 2020 09:53

Noticia publicada en Diario Vasco,el viernes día 16 de Octubre de 2020.

«Es una orquesta normal, solo que un día vienen cámaras a grabarnos»

DESDE HACE MÁS DE UNA DÉCADA ESTE IRUNDARRA AFINCADO EN MADRID FORMA PARTE DE LA ORQUESTA DE RTVE FRAN SANCHO EL OBOE MÁS TELEVISIVO

Fran con su inseparable oboe preparado para tocar ante las cámaras de RTVE en uno de los conciertos de la orquesta. /
Fran con su inseparable oboe preparado para tocar ante las cámaras de RTVE en uno de los conciertos de la orquesta.
YLENIA BENITOViernes, 16 octubre 2020, 08:06

Pocos saben que el rey de la música country, y uno de los tupés mejor peinados del mundo, Johnny Cash, fue el primer operador de radio en enterarse de la muerte de Stalin allá por 1953. Y es que Johnny Cash antes de triunfar con su peinado y su música, trabajó en la Fuerza Aérea de Estados Unidos interceptando y decodificando transmisiones en morse del ejército soviético. Así suele ser la vida de los virtuosos de la música, llena de altibajos y de trabajos que nada tienen que ver con las corcheas y los pentagramas. A punto estuvo de truncarse el destino de Johnny Cash como el de tantos otros músicos. Por ejemplo, el del irundarra Fran Sancho. Ahora cada fin de semana lo vemos por la televisión en la orquesta de RTVE, pero estuvo a una sola decisión de no tocar el oboe y silenciar su verdadera pasión.

–Fran, eres el oboe más famoso de la televisión. ¿Eres consciente?

–(Risas) Me doy cuenta solo cuando vienen las cámaras a grabar o cuando me pasan cosas curiosas como aquella vez que, en el pueblo de mi mujer, se me acercó un hombre y me dijo: «hombre, tú eres el de la tele. Ya suelo ver tus conciertos».

–¿Hubo autógrafo?

–Tanto no, pero hace ilusión cuando te das cuenta de que alguien ve los conciertos de la orquesta.

–Supongo que buena parte de la audiencia será irundarra...

–¡Sin duda! Mis familiares, amigos músicos o cuadrilla me suelen ver, sí. No me puedo quejar.

«De pequeño elegí el oboe porque me parecía el instrumento más extraño de todos»ESTUDIOS«Al principio no me lo tomé en serio, pero al final estudié muchísimo y acabé yendo a París»

–Cuéntame, ¿cómo llegas a la orquesta de RTVE?

–Si te digo la verdad, fue de casualidad.

–No puede ser, el oboe no se toca por casualidad...

–Pues también. (Risas) Lo elegí porque era el instrumento más extraño que había. Me parecía muy raro y mientras otros elegían guitarra o piano, yo dije: «yo esto, que es muy raro».

–¿Pero te lo tomaste en serio desde el principio?

–La verdad es que no. Yo creo que me lo tomé más en serio cuando empiezo a estudiar en Pamplona. De hecho, me presenté a Pamplona porque Juan Mari Ruiz me dijo que tampoco tenía nivel para algo más. Es que si te digo la verdad, no estudiaba nada.

–¿Y cuándo te pones en serio con el oboe?

–Fue en séptimo. De hecho, hice incluso tres meses de ingeniería eléctrica, pero me di cuenta de que lo que me gustaba era la música. Ahí es cuando decidí ponerme serio con el oboe y estudiar más. En dos años estudié muchísimo y me fui a París.

–Sí que diste un giro...

–Totalmente. Estuve en uno de los cinco conservatorios regionales estudiando cuatro años. Ahí también sentí que el nivel de exigencia era mayor, que el método era distinto, la técnica... ¡y el francés!

–¿Qué le pasa al francés?

–Que me fui sin saber ni una palabra de francés. Fue toda una aventura, pero mejoré muchísimo mi nivel. Acabé con 21 años y volví.

–¿A dónde?

–A Pamplona. Estuve desde los 21 años hasta los 26 en la Orquesta de Pamplona. Me iban contratando y hacía bolos con otras orquestas, hasta que me llegó un bajón.

–¿Qué pasó?

–Me vino una racha muy mala. Falleció mi madre y me presenté a unas oposiciones que fueron un 'tongazo'. En poco tiempo, acabé con la tristeza de la pérdida de mi madre y sin trabajo. Fue muy duro, la verdad.

–Vaya... ¿Y qué hiciste?

–Un amigo me consiguió un trabajo en Recondo, en la fábrica de Ventas, y me puse a trabajar.

–¿Y el oboe?

–Casi abandonado. Pedía permiso de vez en cuando para salir antes y poder llegar a los ensayos cuando había algún espectáculo de zarzuela en el Amaia, por ejemplo. Pero era muy duro trabajar en la fábrica y mantener el ritmo de ensayos y estudio.

–¿Y qué hiciste?

–Me llegó el momento de tomar una decisión. En Recondo me ofrecían un contrato de uno o dos años, pero entonces, la que hoy es mi mujer, Mónica, me dijo: «¿de verdad es lo que quieres? ¿Quieres abandonar eso por lo que tanto te has esforzado y estudiado?». Rechacé el contrato, mi mujer me animó y volví a la música. Estuve unos meses en una escuela de música, en una banda e hice una prueba para la Orquesta Nacional.

–Esta me la sé: te cogieron.

–Sí, me empezaron a llamar y fue entonces cuando nos trasladamos a vivir a Madrid.

–A una decisión de abandonar el oboe para siempre, ¡menos mal!

–Así es. Luego, estando en la Orquesta Nacional, llegó por casualidad la orquesta de RTVE.

–Estabas en una racha buena, nada podía salir mal...

–Fue mi mujer la que me dijo que había una prueba y también mis compañeros de la nacional. Yo no lo tenía nada claro, pero el día antes decidí presentarme.

–También me la sé: te cogieron.

–Así es, me cogieron y llevo ahí desde el 2009.

–Más de una década, ¿cómo es el trabajo en la orquesta de RTVE?

–Es una orquesta normal, ensayamos por las mañanas y por las tardes estudio. Luego, los jueves y viernes son los días de grabación. Ahí llegan las cámaras y nos graban como si fuera un concierto normal.

–Y el oboe más televisivo es de Irun, ¿vienes por aquí?

–Siempre que podemos, ¡claro!