Es un hecho que, en apenas unos años, las redes sociales han revolucionado el modo en que muchas personas se relacionan. Canales como Facebook, Tuenti o Twitter ponen a disposición de los usuarios una comunicación instantánea, multimedia y con unas posibilidades de difusión cuyo alcance decide cada uno.
Los aspectos positivos son muchos: ¿quién no se ha alegrado de volver a contactar con aquellos compañeros del colegio, de los que hacía tanto que no sabía nada? ¿Quién no se ha enzarzado en un debate virtual, más o menos provechoso, en torno a un artículo que algún amigo ha 'colgado'? ¿Quién no ha compartido y comentado alguna foto de sus últimas vacaciones?
Pero, como todo, las redes sociales también tienen su lado oscuro: la pérdida de privacidad y el exponerse a un público que no siempre conocemos, y que no siempre puede tener las mejores intenciones, son dos de los riesgos. Evitarlos requiere responsabilidad, conocimiento y precaución; y para adquirir estas habilidades son precisas la educación y la formación. Es ahí donde entra el proyecto Gazela, herramienta informativa en fase de prueba y que estudiantes de Irungo La Salle van a ser los primeros en experimentar.
Y es que los adolescentes son, probablemente, los usuarios más vulnerables de las redes sociales. Más aún cuando, actualmente, los menores acceden a las nuevas tecnologías cada vez más temprano y quizá sin ser conscientes de los riesgos que conllevan estas herramientas de comunicación. Publicar fotos de otras personas sin su consentimiento, proporcionar datos muy personales o difundir información falsa sobre terceros son algunos de los errores en los que se puede incurrir, bien por desconocimiento o torpeza. Y todo puede quedar en una anécdota, pero también tener consecuencias más graves o desembocar en un caso de cyberbullying.
Vigilar, avisar y asesorar
Evitar este tipo de situaciones es el objetivo con el que Tecnalia comenzó a trabajar, hace dos años, en la creación de Gazela. La herramienta se está desarrollando en el marco de un proyecto de investigación financiado por el Gobierno Vasco, y en el que participan Entelgy Ibai; la empresa de abogados Seinale, de Donostia; e Irungo La Salle. Iñaki García de Cortázar, responsable de informática del centro; y Alberto Isasi Andrieu, investigador de Tecnalia, explican el funcionamiento de Gazela y la fase en que se encuentra el proyecto.
En un principio, Gazela ha sido pensado para su uso en centros de enseñanza, como parte de la educación de los menores respecto a las redes sociales y las nuevas tecnologías. Funciona en modo remoto, lo que significa que no es necesario instalarlo en cada ordenador. «Sólo hace falta registrarse», explica Alberto Isasi.
Y una vez registrado, el usuario puede seguir navegando mientras Gazela se pone en marcha. La herramienta se encargará de vigilar lo que publique en las redes sociales, y le enviará un aviso cuando detecte contenido inapropiado. Por ejemplo, si el usuario emplea algún término ofensivo, o si él mismo es víctima de un insulto, Gazela registrará estos hechos y una especie de 'asesor virtual' le informará sobre las posibles consecuencias o le aconsejará sobre la forma de proceder al respecto.
Esto, en lo que se refiere al análisis de textos escritos. Pero Gazela tiene también «una parte de biometría: una de las cosas que se hace mucho en las redes sociales, y que no se debería, es subir fotos sin pedir permiso a quienes aparecen en las mismas. Hemos desarrollado un sistema biométrico de reconocimiento facial, a través del que se analizan las fotos que suba el usuario». Si en esas imágenes aparece más gente además de él mismo, el 'asesor virtual' le recordará que debe pedir autorización a esas personas para publicar la imagen. Y si ellos también son usuarios de Gazela, se les informará de que alguien ha subido una fotografía en la que aparecen.
La prohibición no es el camino
No obstante, la decisión última es del usuario: Gazela no es un control parental, que impide el acceso a determinadas páginas o contenidos. Gazela vigila, avisa y asesora; pero no restringe. Los educadores saben bien que las prohibiciones tajantes no suelen tener el efecto deseado en los adolescentes, sino todo lo contrario. Ahí entra en juego la vertiente educativa de Gazela, que «está pensada para educar y concienciar en torno a las redes sociales, y para aprender a asumir responsabilidades. Se trata de que los jóvenes tomen conciencia de que sus actos pueden tener una serie de repercusiones, en algunos casos legales», explica Iñaki García de Cortázar.
Los alumnos de Irungo La Salle, con la autorización de sus padres, son quienes tendrán la oportunidad de ser los primeros en experimentar con Gazela, a partir de las próximas semanas. Esta fase de probar en la práctica el sistema se prolongará, aproximadamente, hasta el mes de marzo.
Andoni y Amaia, ambos de 17 años, son alumnos de Irungo La Salle que ya han podido acceder a la herramienta Gazela y utilizarla. En las próximas semanas, en torno a 50 compañeros se sumarán al proyecto.
«Nos explicaron lo que es Gazela, nos creamos una cuenta y fuimos haciendo pruebas: si detectaba insultos, el tema de las fotos...», explica Andoni. El estudiante asegura que la experiencia está siendo positiva: «desde el principio, nos pareció algo muy interesante. Es una herramienta que no había hasta ahora». Y Amaia añade que es necesaria: «hoy en día, los chavales acceden a las nuevas tecnologías desde muy pequeños, y pueden no controlarlas bien. Este programa les ayuda en eso». «Y no es un control parental», recuerda Andoni. «Lo que hace es enseñar, pero sin prohibir y sin limitar. Es bastante simple, pero completo a la vez y sencillo de utilizar: si eres capaz de crearte una cuenta en Facebook, puedes utilizar Gazela».
Iñaki García de Cortázar explica que los alumnos «han entendido perfectamente qué hace el programa y lo manejan con soltura. Las valoraciones son buenas». El responsable de informática de Irungo La Salle señala que «no nos toca enseñarles cómo se manejan las redes sociales, porque eso ya lo saben; pero sí tenemos que sensibilizarles y tratar de inculcar unos valores de uso de estas herramientas. La primera y fundamental, el respeto a las otras personas. Pero huimos de la prohibición. Pretendemos que esto sea algo educativo, formativo y que les enseñe a ser responsables».
