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Domingo, 28 de Marzo de 2021 09:22

Noticia publicada en Diario Vasco, el domingo día 28 de Marzo de 2021.

La crónica de una época

Foto Postigo. A lo largo de tres décadas, en analógico y en digital, Fernando Postigo retrató la vida y la muerte para la prensa diaria. Vivió tras su cámara las fiestas populares y los años de plomo y nos dejó una crónica impagable que ahora puede verse en el Amaia

El autor. Fernando Postigo, señalando una de las fotografías de la muestra. / JOSÉ USOZ
El autor. Fernando Postigo, señalando una de las fotografías de la muestra. / JOSÉ USOZ

MARÍA JOSÉ ATIENZA Domingo, 28 marzo 2021, 00:22
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En un solo día, teníamos que pasar de una rueda de prensa de economía a un coche bomba y por la tarde, a un desafío de segalaris. Era terrible. No sé de qué manera conseguíamos cerrar el cerebro y cambiar el chip». Así resume Fernando Postigo un día cualquiera de los años duros del reporterismo gráfico en este país. Eran años analógicos, en los que, sin teléfonos móviles, a bordo de una moto, («ese gran invento», dice) y laboratorio mediante, se conseguía llegar a tiempo para el cierre del periódico. Visto desde la perspectiva actual, «era como correr una carrera de Fórmula 1 con un 600. Pura artesanía».

Son las fotografías seleccionadas para la exposición 'Postigo
Crónica de una época'. Forman parte de un fondo con unos 50.000 negativos cedidos por el reportero gráfico al Museo San Telmo en 2016.
Título
'Postigo. Crónica de una época'. Fotografías realizadas por el fotoperiodista donostiarra Fernando Postigo, entre los años 1977 y 2001.
Lugar
Galería del Centro Cultural Amaia (entrada por la calle López de Becerra).
Fechas y horarios
La muestra puede visitarse hasta el día 2 de mayo, en horario de 18.00 a 21.00, de martes a sábados y de 11.30 a 13.30, los domingos y festivos (lunes, cerrado).

Hasta el día 2 de mayo, la galería del Centro Cultural Amaia acoge la exposición 'Postigo. Crónica de una época', que pudo verse el verano pasado en San Sebastián. Se trata de una muestra hecha a partir de la selección de 300 imágenes del Fondo Fotográfico de Fernando Postigo, donadas por el fotoperiodista donostiarra al Museo San Telmo.

La exposición trata de dar cuenta del trabajo realizado por Fernando durante el periodo comprendido entre 1977 y 2001, años en los que trabajó, para La Voz de España y El Diario Vasco.

1977 es el año que marca la entrada de Postigo en la prensa diaria. Con Franco ya muerto, el fotógrafo decidió regresar a su ciudad natal, desde EE UU, donde residía, para pasar un tiempo y regresar después. Pero ocurrió que Miguel Larrea, en ese momento al frente de 'La Voz de España' y meses después director adjunto de 'El Diario Vasco', se cruzó en su camino y lo fichó como fotoperiodista.

Agitación política y social

Los años iniciales del trabajo de Postigo «se corresponden con profundos cambios y gran agitación política y social en el País Vasco y en todo el Estado, al producirse una gran tensión entre las viejas y las nuevas estructuras», explica la comisaria de la exposición, Elisa Querejeta. «Desde finales de los años 70 y a lo largo de las dos décadas siguientes, la cámara de Postigo recoge todo tipo de manifestaciones, disturbios, huelgas, atentados y conflictividad social».

Las imágenes que pueden verse en el Amaia han sido seleccionadas «tanto por su valor artístico como por su valor documental. Comienzan con el Festival de Cine de San Sebastián de 1977 y siguen con reportajes de carácter político, social y cultural, representativos del fondo fotográfico», añade la comisaria.

Sobrecoge el contraste entre la violencia desatada de los años de plomo y la cotidianidad de la vida en los barrios y en las instituciones, como si fueran mundos aparte, aislados por el miedo y la falta de empatía. Postigo recuerda funerales de policías y guardias civiles, «con el furgón esperando en la puerta de la iglesia para llevarlos a Galicia, a Andalucía... Era como una especie de trámite. Algo deshumanizado».

El fotógrafo tuvo que cubrir asesinatos de ETA y funerales de personas con las que mantenía una relación cordial o de amistad, como Gregorio Ordóñez, Fernando Múgica o José Luis López de Lacalle, compañero de profesión. En la exposición, no se muestra todo lo que Postigo vio, porque, por respeto a las víctimas, las imágenes más descarnadas han quedado fuera.

La constitución del primer Gobierno Vasco, con Carlos Garaikoetxea al frente, la vuelta del exilio de Jesús María de Leizaola, la liberación de Ortega Lara o la visita al Zinemaldia de Harrison Ford y Carrie Fisher, cuando nadie imaginaba el éxito de Star Wars, son sólo algunos de los momentos vividos por el fotoperiodista.

Las fotos de Irun

La exposición del Amaia incluye media docena de imágenes realizadas por Postigo en Irun. El fotógrafo guarda en su memoria dos atentados, uno en el que murieron dos guardias civiles y otro que acabó con la vida de un conserje. «Me acuerdo del hombre tumbado en el suelo y de los calcetines y los zapatos que llevaba», dice. También recuerda un par de manifestaciones y unos cuantos partidos del Bidasoa «en el famoso frontón Uranzu, donde trabajábamos en unas condiciones de luz horrorosas, porque era muy oscuro y para las fotos de deportes, se necesita bastante luz, por la velocidad».

Tampoco ha olvidado Fernando su trabajo en los sanmarciales y el conflicto de los alardes. «La primera vez que fui, no entendía muy bien por qué se me exigía ir vestido con chaqueta negra y pantalón blanco. Era como si me tuviese que vestir de jugador de la Real Sociedad para ir a Anoeta. Oía que la gente me gritaba '¡sinvergüenza!' y tampoco lo entendía. Miraba hacia atrás para ver si se referían a otro, porque yo sólo estaba haciendo un trabajo de fotografía».