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Domingo, 11 de Abril de 2021 23:13

Noticia publicada en Diario Vasco,el domingo día 11 de Abril de 2021.

Quince días de oxígeno para Ola

En jarra. Las semanas Santa y de Pascua, con aforo limitado, han sido como un soplo de aire para la sidrería de Meaka. Tras el portazo al txotx del año pasado, la temporada de 2021 va saliendo «poliki, poliki»

Embotellado. Eider Bengoetxea coloca botellas de la sidra elaborada en Ola. / FOTOS F. DE LA HERA
Embotellado. Eider Bengoetxea coloca botellas de la sidra elaborada en Ola. / FOTOS F. DE LA HERA

MARÍA JOSÉ ATIENZA Domingo, 11 abril 2021, 08:36

Estos días ha salido el sol también en Ola». Es la forma que tiene Iñaki Bengoetxea de hacer balance de su negocio: sucinta y sin perder la referencia de la naturaleza. Es el resumen que el propietario de la sidrería de Meaka hace de las dos semanas semi-festivas que terminan hoy y que se han vivido «como un respiro» en esta temporada, abierta de manera austera a mediados de enero.

«Sigue habiendo mucha prevención», dice Bengoetxea, «pero entre la gente local y provincial y la que ha llegado desde Bizkaia, podemos estar contentos de cómo han ido estos días. Con buen tiempo, la gente se anima y viene. Pero siendo fronterizos como somos, nos está afectando mucho la falta de gente de la parte de Navarra e Iparralde, donde tenemos mucha clientela. Nos da mucha pena que no hayan podido venir».

Hasta Ola se han acercado clientes nuevos que no conocían el local y que se han visto sorprendidos tanto por los imponentes muros de la antigua ferrería sobre la que se asienta, como por el privilegiado entorno natural e histórico en el que se encuentra enclavado, junto a la arboleda de la regata de Urkiko, a sólo 600 metros de la batería de hornos de Irugurutzeta y en la puerta de Aiako Harria. Nada menos.

«Si algo bueno vamos a poder sacar de esta pandemia es que gente que no tenía costumbre se ha acercado a la naturaleza y ha traído a sus hijos», dice Iñaki.

La naturaleza, siempre presente en la vida de la familia Bengoetxea, «no se portó mal el año pasado», asegura el sidrero. Y se explica. «La naturaleza nos ayudó un poco, porque la cosecha de manzana de 2020 fue una cosecha escasa. De haber sido abundante, no sé qué habríamos hecho. Este año, en cambio, viene mucha manzana otra vez. A ver si el tiempo acompaña y la gente se anima a beber y hacemos sitio. Como venga una cosecha fuerte, vamos a tener problemas para recoger toda la manzana del país y a los que estamos en la denominación de origen y trabajamos lo ecológico nos daría mucha pena».

Son unas 80.000 botellas las que Ola produce anualmente, con manzanas autóctonas y sello de Euskal Sagardoa. Este año, en la sidrería de Meaka no se ha escuchado el placentero sonido de la sidra rompiendo contra el vidrio. La pandemia nos ha privado, también, de la txinparta. Para mantener a los clientes sentados a la mesa, la sidra se ha servido en jarra. «La gente se ha amoldado bastante bien», dice Bengoetxea. «Es un sistema antiguo que a mí siempre me ha gustado, porque lo he conocido desde niño, en casa, con la pittarra. Lo he mantenido en la barra y trasladar eso ahora a las kupelas ha sido como volver a una tradición».

Junto con su sidra, Ola ha ofrecido el clásico menú de sidrería «y otro más económico, con costilla a la brasa, que también está muy bien», apunta Iñaki.

Como para toda la hostelería, también para las sidrerías, estos dos años de pandemia están resultando muy duros. Además de las restricciones propias del establecimiento, «hemos tenido bares cerrados, sociedades cerradas, no ha habido sanmarciales, ni Santo Tomás, ni Sagardo Eguna, ni las fiestas que organizamos nosotros en la sidrería, nada que te pueda dar una buena tirada de sidra», explica Bengoetxea.

La Covid-19 ha supuesto «una frenada en seco. No esperábamos que fuera tan fuerte, ni tan largo. Pero es algo que no está en nuestras manos. Tenemos que tranquilizarnos para seguir moviéndonos con lo que podamos, poliki, poliki. Estamos tirando de ERTE. Es lo que más nos ha ayudado. Tenemos buena gente trabajando, que lleva años aquí, con la que hay confianza... ¡Ójala pudiéramos estar trabajando con toda la plantilla al 100%! Pero en estas circunstancias, todo es muy difícil. Los impuestos y los gastos siguen ahí. Aun cuando estás con todo cerrado, la maquinaria tiene que seguir funcionando y gastando día y noche».

«Meterlos en la fila»

La hostelería debe ajustarse a la normativa Covid y vigilar que los clientes sean cumplidores. La mayoría de la gente que ha acudido a Ola Sagardotegia ha tenido un comportamiento acorde con las circunstancias. «No ha habido ningún problema con la mayoría de la gente», confirma Iñaki Bengoetxea. «Algunas veces, hemos tenido presión, porque hay algunos que todavía no son conscientes de lo que significa la pandemia. Se desmadran un poquito y tienes que estar ahí, al quite, para meterlos en la fila. También el del restaurante tiene que manejar el rebaño. Si el rebaño te hace lo que le da la gana, deja de ser pastor y vete a otro oficio. Tienes que poner tus reglas. Están puestas en la puerta y el que no esté contento, tiene todo el derecho de salir. No vamos a jugarnos la plaza por dejar hacer a algún inconsciente».

De cara a este verano y a la próxima temporada sidrera, Iñaki Bengoetxea se muestra optimista. «Hay que mantener la energía y pensar que la barca irá saliendo a flote», afirma confiado. «Tenemos que seguir remando, mejor todos en la misma dirección. Si hemos llegado hasta aquí es porque hemos remado. Ahora también, si aguantamos y no dejamos de darle al remo, iremos saliendo».