Noticia publicada en Diario Vasco,el martes día 25 de Enero de 2022.

Gerardo García González nació en 1953 en la estación de Beasain. Nieto e hijo de ferroviario, también él ha desarrollado su carrera profesional en Adif, si bien su formación universitaria se había centrado en las Ciencias Físicas. Amante de la fotografía, sonríe al recordar cómo 'atosigaba' a su hermana para retratarle cuando, siendo un niño, le regalaron su primera cámara. Fue el comienzo de una pasión a la que, desde entonces, ha dedicado todo el tiempo libre que sus obligaciones le han dejado. Además, desde hace diecisiete años preside la Asociación Fotográfica Irunesa (AFI).

–Gerardo, naciste en Beasain, pero ya eres un irundarra más.

–Llevo aquí desde 1967. Cuando yo tenía catorce años trasladaron a mi padre a la estación de Irun y nos vinimos aquí toda la familia. –Una vez aquí, tardaste muy poco en comenzar a destacar en el mundo de la fotografía...

–En el mes de septiembre me presenté al concurso de las fiestas de San Miguel y gané con una foto de la zona de El Pinar, que era donde vivíamos.

–Eras muy joven. ¿Habías recibido alguna formación?

–No, siempre he sido bastante autodidacta.

–A ese premio le han seguido muchos más.

–Siempre me he presentado a concursos de la zona, ya que el tipo de fotografía que más me gusta es la de reportaje, de calle, de paisaje... He ganado premios en concursos como el Memorial Quique Escalante, el de la Euskal Jira, de EL DIARIO VASCO, los Rallys Fotográficos que organizaba la Cofradía del Salmón... También obtuve un accésit en el Argizaiola.

–¿Hay alguno que recuerdes con especial cariño?

–El primero que gané en el concurso de carteles de San Marcial, con una fotografía de Apalategui durante una descarga en la plazoleta del Juncal.

–Acabas de citar los Rallys Fotográficos de la Cofradía del Salmón. Precisamente fue la primera edición de este certamen lo que te acercó hasta la AFI.

–En 1983 participé en ese primer rally promovido por Josetxo Iraundegui y así conocí la asociación, que llevaba funcionando unos pocos años.

–Su sede se encontraba entonces en las antiguas escuelas del Juncal, el actual museo Oiasso.

–Sí, pero enseguida nos trasladamos a un sótano de la calle Fueros, que también era del Ayuntamiento.

–Un sótano que, sobre todo los lunes por la tarde, contaba con un gran ambiente.

–El día de la AFI siempre ha sido el lunes, que es cuando nos reunimos los socios. Por aquel entonces y también después, cuando nos trasladamos a nuestra sede actual de la calle Izaga, los lunes celebramos charlas, debates, tertulias, proyecciones... Normalmente los socios que tienen algo que enseñar o compartir se apuntan en una lista y cada lunes le toca a uno. También hemos traído a gente de fuera para que ofrezca charlas.

–Ahora os soléis reunir también los miércoles.

–Así es. Los miércoles son encuentros más prácticos. Lo empezamos como un taller de Photoshop y ahora también los dedicamos a aspectos más didácticos.

–Y, ¿qué me dices del 'Foto-bote'?

–Es un concurso social que puso en marcha Juan I. Lejarza. Quien quiera participar pone un bote de un euro y presenta su foto. El lunes se realiza una proyección con todas las imágenes, se vota y la foto ganadora se lleva el bote. Aunque a quien gana luego le sale peor, porque después vamos al Bikote y le toca pagar la ronda (ríe).

–Veo que en la AFI la parte social es muy importante.

–Mucho. Es que aquí haces amigos de verdad. Compartimos momentos, nos contamos nuestros problemas...

–¿Habéis logrado mantener ese contacto durante la pandemia?

–Aunque el local ha estado cerrado muchísimo tiempo, gracias a Juan I. Lejarza y a Josean Rodríguez hemos seguido realizando actividades como el 'Foto-tema' o los directos, que han sido la forma de adaptar nuestras actividades al mundo online.

–Así que las iniciativas más afectadas han sido las que organizáis para el público general.

–Efectivamente. Sí hemos podido llevar a cabo el Concurso Ciudad de Irun, del que acabamos de celebrar el 32º aniversario, y el Concurso Popular de San Marcial, que en 2020 logramos sacar adelante, aunque en 2021 no se hizo. Otras iniciativas que están paradas por la pandemia son el Rally Fotográfico que organizamos cada año junto con EKT; las dos exposiciones anuales y los cursillos de iniciación, aunque estos últimos los retomaremos en marzo.

–Esta formación puede representar la cantera de la AFI. ¿Cómo ves el relevo generacional?

–Mal. Es un problema que compartimos no solo las asociaciones fotográficas, sino las asociaciones en general. Entran algunos jóvenes, pero con cuentagotas.

–Las personas que se hagan socias, ¿a qué tienen acceso?

–Además de poder participar en todas nuestras actividades, a hacer uso de las instalaciones del local: el estudio, la pantalla para proyectar, los ordenadores con Photoshop, el escáner...

–En marzo retomaréis el cursillo pero febrero también llega con buenas noticias, ¿no es así?

–Sí, el día 9 inauguraremos en el Espacio Palmera Montero la exposición del concurso Argizaiola, el 'concurso de concursos', que estará instalada todo el mes.