21 noviembre 201400:12
Nada tienen que ver los modelos de fabricación actuales con los de hace 200 años, pero el ritmo de innovación y mejora tecnológica de la Humanidad no siempre fue, ni mucho menos, tan alto. Sin ir más lejos, el sistema de producción de hierro en el País Vasco fue el mismo durante cerca de 2.000 años, desde la Edad del Hierro hasta el siglo XIV.
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Elhuyar regresa al Ficab por tercer año consecutivo con un trabajo en torno a esto filmado para Teknopolis. «Es un documental que hicimos sobre la reconstrucción de un antiguo horno de hierro que hicieron los arqueólogos del Museo de la Minería del País Vasco, en Gallarta», explica Bego Zubia, redactora del programa Teknopolis. Restos arqueológicos hallados en Bizkaia y datados con carbono 14 ya han fijado el uso de esas 'haizeolas' entre los siglos IV y XIV. Pero otros hallazgos en Gipuzkoa llevan su origen mucho más atrás. «Escorias, armas, clavos... hallados en yacimientos muy antiguos en Gipuzkoa sitúan este sistema en la Edad del Hierro», es decir, alargan hasta los 2.000 años el periodo de uso de ese sistema.
Iñaki Leturia, presentador y redactor de Teknopolis apunta que «mientras en otros lugares la tecnología tuvo que evolucionar, aquí el mineral de hierro que existía (hoy agotado) era de mucha calidad. Los romanos tenían unos hornos diferentes, pero después de que llegaran al País Vasco, aquí se siguió usando el mismo que se usaba antes de que llegaran porque era suficiente para producir hierro».
Teknopolis es un programa dedicado a la divulgación científica, entre ella la histórica y arqueológica. Desde ese planteamiento, parecía lógico que se abriera una relación intensa con el Ficab, aunque se hizo esperar. «Es cierto que por temática podemos encajar bien en el Ficab, pero había otras cosas. Sobre todo que hacíamos piezas cortas, de seis minutos aproximadamente, que no son lo adecuado para un festival de cine arqueológico», comenta Zubia. «De un tiempo a esta parte empezamos a hacer algunos monográficos, de en torno a media hora, que sí encajan mejor y decidimos presentarnos». Según reconoce, es un importante estímulo para el equipo «el mero hecho de ser aceptados en la sección oficial del Ficab. Tratamos de ser rigurosos, pero enfocamos nuestro trabajo a la televisión, no a un festival arqueológico. Que lo acepten aquí nos dice mucho sobre lo que estamos haciendo. Ser riguroso cuando te diriges al público general con un lenguaje accesible no es fácil. Y no es mérito nuestro, sino, sobre todo, de los científicos que colaboran con nosotros y explican sus conocimientos e investigaciones de una manera que todo el mundo puede entender».
