14 diciembre 201400:11
Si cuando idearon el programa navideño, con la pista de hielo sintético como referente principal y un sinfín de actividades complementarias, comerciantes locales y Ayuntamiento estaban pensando en convertir Irun en un atractivo espacio en el que disfrutar del ocio durante el mes de diciembre, solo cabe darles la enhorabuena.
Dos fines de semana (y los laborables entre ambos) lleva en marcha la pista de patinaje en la plaza del Ensanche. Los números están siendo de récord. Pero quedarse en los datos es perderse lo más importante. Al preguntar entre la gente que abarrotaba durante la jornada de ayer la plaza qué opinan de la iniciativa, afloraba lo más significativo: «Me parece muy bien; una idea genial», «me parece estupendo», «para los chavales muy bien», «ha quedado magnífica», «es el primer día que la veo y no me la espera así, me ha gustado mucho»...
Esto, y mucho más en la misma línea preguntando a los padres que, salvo algunos valientes, esperaban fuera dejando el espacio de patinaje a niños, jóvenes y menos jóvenes, «aunque igual un día con menos gente me animo a probar», decía una irundarra que esperaba ayer la salida «de mi nieta y una amiguita suya». A los niños no hacía falta ni preguntar, solo había que mirarles la cara, estuvieran dentro o fuera del deslizante sintético. «Mira, hay muchos niños», decía la pequeña Naia con la cara pegada a la valla transparente. «Y un oso», en referencia a un curioso 'trineo' que paseaban unas jóvenes por la pista. Le tocará esperar un poco para calzarse los patines «porque hoy hay mucha gente, pero seguramente vendremos otro día», decía no muy alto su ama no fuera a entenderse la frase como una promesa.
De Irun y de fuera
Está claro que son los locales los que más partido le están sacando a esta instalación navideña. Preguntar por la procedencia en el entorno de la pista recibe como repetitiva respuesta un contundente «de Irun». Pero existe cierta variedad minoritaria que invita a pensar que la pista ejerce de motor de atracción. Algún «de Hondarribia», un «venimos de Errenteria a patinar» y un «de Anglet» con claro acento francés son solo una muestra de que este hielo sintético ha trascendido la ciudad.
Para complementar la oferta, se han organizado además para las tardes del fin de semana, del viernes, de ayer y de hoy, talleres de actividades ligados a la navidad que arrancan a las cuatro y media.
Toda esta dinamización no deja de tener como objetivo último apoyar la campaña navideña del comercio de Irun. A ese respecto, habrá que preguntar a las tiendas a la vuelta del día de Reyes. Ayer bolsas de los comercios del centro se dejaron ver, mañana y tarde, de un lado al otro del paseo de Colón, pero no cabe estimar si más o menos que en los años anteriores.
Llegará el momento de hacer balance, pero es indiscutible el acierto social que ha supuesto colocar en pleno centro una pista de patinaje para disfrute de locales y visitantes; niños, jóvenes y mayores.