24 enero 201501:38
Los polideportivos municipales, Artaleku y Azken Portu, han confirmado en 2014 el cambio de tendencia que se dio a finales de 2013. Tras modificar el modelo de gestión con la unificación de ambos espacios en un mismo servicio, la desaparición de los abonos familiares, la externalización de la gestión y la subida de las cuotas, se inició una tendencia a la baja. Cuando se implementaron los cambios en junio de 2012, las instalaciones municipales contaban con 9.265 personas que pagaban su cuota. La cifra fue descendiendo, especialmente en los primeros meses, por disconformidades con el precio del abono, «hasta que tocamos suelo en octubre de 2013 con 8.700 abonados», recordaba el delegado de Deportes, Pedro Alegre.
Se inició entonces una línea de crecimiento que ha llevado a cerrar 2014 con 9.730 abonados. «A principios del mandato, el proyecto de los polideportivos sufrió cambios importantes. Con el cambio de tarifas se produjo una pequeña crisis en la cantidad de abonados, pero ya le hemos dado la vuelta», señalaba Pedro Alegre en referencia a esos datos de 2014, mejores que los de junio de 2012.
El delegado quiso ir más allá en su valoración porque «si bien las cifras son importantes, también lo es cómo se están haciendo las cosas». Destacó que aunque el gasto corriente «se cubre con las cuotas», el Ayuntamiento «hace un esfuerzo en la inversión para mantener las instalaciones y el material en buen estado y al día». Alegre incidió en la gestión que el Club de Natación Bidasoa XXI está haciendo de los polideportivos. «Estamos muy contentos», afirmó, pero lejos de mostrarse conformista invitó a todos los ciudadanos a apuntarse al programa deportivo municipal, «especialmente a los jóvenes y a las mujeres», por ser estadísticamente menos entre los abonados, «para hacer una práctica mínima semanal, muy beneficiosa para su salud».
500.000 entradas anuales
En esa línea, Iñigo Zumeaga, gerente del servicio, avanzó que «el reto es llegar a 10.000 abonados en 2015». Admitía que es «muy difícil», pero adelantó que «sería muy importante. Permitiría avanzar en las inversiones para tener más material y más puntero» y lo haría sin riesgo de saturación de las instalaciones, para lo que no se atrevía a marcar un techo máximo: «desde luego que, incluso con 10.500, estaríamos aún en niveles razonables».
Con los abonados actuales, Zumeaga cifró en «medio millón» las entradas anuales al polideportivo y sí quiso destacar el incremento en el número de cursillistas, que con más de 3.200 inscripciones, coparon el pasado año el 85,9% de las plazas disponibles. «En los cursillos, sobre todo en piscina, ya no hay margen», aclaró. «Hemos sacado todos los cursillos posibles en función del espacio que existe y se han llenado».
