Y de postre, el maillot de la montaña del Giro de Italia

En 2006, Garate fue séptimo en el Giro, ganó una etapa y, de postre, se llevó el maillot de la montaña. Lo 'encargó' el día de San Pellegrino, aunque «Bettini me decía que me olvidara, que no gastara fuerzas en los sprints y que me centrara en la etapa. Le hice caso pero no al cien por cien: No esprintaba a tope pero intentaba ir sumando puntos».

En la última etapa de montaña «había muchos puntos en juego. La víspera yo había llegado de noche al hotel, estaba agotado, madrugamos y tuvimos traslado. Era una tortura y tenía que pasar primero los dos primeros puertos y puntuar en el Mortirolo para poder ganar el maillot».