Mañana hará 30 años que falleció Ricardo Alberdi, quizá uno de nuestros conciudadanos que, silenciosa pero eficazmente, más ha influido en quienes con algo más de 40 años . y algunos más, han ejercido una labor política y social en nuestra ciudad y en otros lugares. Hoy, que tanto hablamos de recuperar valores, la figura de Ricardo Alberdi, su testimonio y compromiso social, se muestra en toda su grandeza y puede servirnos como modelo a imitar. Es verdad que el Secretariado Social Diocesano Justicia y Paz de San Sebastián celebra año tras año la Semana Social Ricardo Alberdi y que nuestro Ayuntamiento le dedicó una calle, pero lo más importante es que ahí está su legado en el compromiso de tantos hombres y mujeres que aprendieron de él un método que se ha hecho imprescindible: «ver, juzgar, actuar». el discernimiento activo de hombres y mujeres «contemplativos en la acción» que orientaron su vida hacia el servicio a los demás, para conseguir una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva que ponga siempre, en primer lugar, el rostro de los excluidos.
En un mundo convulso repartido entre dos bloques, y bajo una férrea dictadura, sacerdotes como Ricardo fueron modelo de encarnación social y de coherencia evangélica comprometiéndose en la formación de militantes que, más tarde, fueron ingresando en diversos partidos políticos: socialistas, nacionalistas, comunistas, demócrata cristianos., alumbrando una democracia que, con sus errores y aciertos, está en la base de la que nosotros gozamos hoy. Un auténtico grano de mostaza que se ha hecho árbol frondoso.
Pero si hoy soy capaz de hablar de Ricardo Alberdi es gracias a Agustín Ugarte, digno discípulo suyo, Medalla de Oro de nuestra Ciudad, quien me proporcionó un abundante material entre cartas, textos y grabaciones. leerlas fue y siguen siendo un auténtico placer y un aprendizaje insustituible.
En estos papeles se traducen las dos columnas que sostuvieron la vida y el trabajo cotidiano de Ricardo: mucha vida de oración y un compromiso total para estar encarnado en la realidad del mundo que nos rodea.
Hablando de valores. Ricardo, Alberdi que entendió que debía dar «gratis» lo que había recibido «gratis», escribía que «existe una gran inquietud entre la juventud que desea algo que llene el vacío existente en sus almas». Y yo me pregunto ¿seremos capaces de ser vehículo para ayudar a llenarlo?
