11 diciembre 201400:17
El grupo municipal Bildu anunció ayer que se va a sentar a negociar el Presupuesto municipal con el Gobierno socialista y que ha puesto sobre la mesa once asuntos que significarían «el giro hacia la izquierda que durante estos años le venimos pidiendo», explicó el portavoz de la coalición, Oinatz Mitxelena.
Del resultado de la negociación saldrá una postura de apoyo o una enmienda a la totalidad, pero adelantó que las propuestas «no se convertirán en enmiendas parciales, porque forman un único paquete» que de no llevarse a cabo como tal «no variarían lo suficiente el rumbo» que marca el borrador «continuista» del Gobierno local.
Mitxelena defiende que sus propuestas son «cosas pequeñas» pero necesarias para «ir dando pasos» hacia una gestión «que responda verdaderamente a las necesidades de la ciudadanía», hacia lo que llevan tiempo preconizando como «otro modelo». Un cajón lo bastante amplio como para hablar prácticamente de todo. Así, la lista de los temas es amplia en espectro y profunda en contenido.
Bildu defiende «un banco de tierras» cultivables para «garantizar la soberanía alimentaria» local, en la línea de lo realizado en otros municipios. También propone que Irunvi desarrolle «un programa de alquiler social» partiendo de «las 2.000 viviendas vacías en la ciudad». Quiere que los presupuestos reflejen desde un principio «la aportación para cubrir las Ayudas de Emergencia Social; aunque sean competencia del Gobierno Vasco, el Ayuntamiento debe decir con claridad a sus ciudadanos que les atenderá», y propone crear un Consejo de Juventud «para que los jóvenes decidan inversiones y programas dirigidos a ellos».
Sugiere implantar «una moneda social, como en otros municipios, para apoyar al pequeño comercio» e incorporar el consistorio a la cooperativa energética Goiener (que fomenta las fuentes renovables) e invertir en luces led para «reducir consumos», así como usar software libre en los servicios municipales y aumentar el apoyo a Bidasoa activa «para que desarrolle todo su potencial». Además de pedir la contratación de tres técnicos municipales (migración, igualdad y participación) y de incluir, como mal menor, «la claúsula social en las subcontrataciones», propone algunas inversiones: renovar el edificio municipal en Lukin y atender «las peticiones de las AAVV de Anaka y de Landetxa».