Mitxelena: «La participación ciudadana es la base para el cambio de la sociedad»

Oinatz Mitxelena repite como candidato a alcalde por EH Bildu. Cuatro años después de estrenarse como concejal en el Ayuntamiento de Irun, destaca lo aprendido durante este mandato y se reafirma en sus planteamientos: «mantengo mis ideas y seguiré intentando llevarlas a cabo».

Irundarra. Ahora vive en Belaskoenea, pero su infancia y adolescencia las pasó «entre Arbes, Dunboa y Mosku».

Edad. Tiene 29 años.

Trayectoria. Cursó estudios de hostelería en Cebanc: «desde los 12 años tenía claro que quería ser cocinero». Trabaja en este sector «y me sigo considerando hostelero». Desde hace cuatro años es el portavoz de Bildu en Irun.

Sus aficiones. Le gusta el deporte y el ocio activo.

Su txoko preferido. «La zona de escalada de Pikoketa. Voy allí a desconectar».

-Sobre todo, que he aprendido muchísimo sobre el funcionamiento del ayuntamiento y eso es clave. Es, además, una de las razones para continuar. Ha cambiado también mi conocimiento sobre la ciudad, y sobre muchas áreas que podía desconocer como el urbanismo, algunos temas de medio ambiente, el día a día del ayuntamiento...

-Ideológica y filosóficamente no he cambiado. Mantengo mis ideas y seguiré intentando llevarlas a cabo. Pero gracias al trabajo en la política, también he podido formarme como persona.

-Sí, aunque alguna cosa ha cambiado... Entonces estaba en el Rugby Club Irun y hoy en día no sigo jugando, la agenda no me lo permite. Pero mantengo muchos de mis hobbies ligados al deporte: el trinkete, la pala, sigo haciendo escalada... El ciclismo, aunque no tengo tiempo de practicarlo mucho, me encanta. Y otro deporte que me gusta es el snow de montaña.

-También me gustan, pero en menor medida. Ahora mismo estoy leyendo un libro que está unido a uno de mis hobbies, 'Tres por tres avalanchas'. Enseña cuáles son los riesgos de avalancha en la montaña, cómo hacerles frente...

-No tengo nada en contra de ellas y creo que son positivas siempre que se utilicen adecuadamente. Pero prefiero otro tipo de socialización, más cercana. Como grupo político sí, pero no tengo ni Twitter ni Facebook personales.

-Por mucho que tengamos ideas políticas diferentes, personalmente hay una buena relación. Cada grupo hace su lectura de cada proyecto y hay debate, pero sin atacarnos personalmente. Eso también es clave, porque ayuda a trabajar mejor y revierte en la ciudad. Pero aunque la relación haya sido buena, también es cierto que en este mandato ha habido dos bloques clarísimos: quienes quieren mantener un modelo que en nuestra opinión está agotado, que son el PSE, PP y PNV; y por otra parte quienes queremos cambiar y hacer las cosas de otra manera, Bildu y Ezker Batua.

-Más que una serie de cualidades, creo que tiene que tener interés por el municipio al que representa. En nuestro grupo no buscamos unas cualidades concretas, sino ese interés y ganas de cambiar las cosas. Hace poco, desde el colegio La Salle nos invitaron a los candidatos a un encuentro con alumnos, y la primera pregunta que me hicieron fue por qué entré en política. Les conté que entré con 16 años, porque tenía unas inquietudes y quería cambiar esta sociedad. En nuestro grupo, es lo que buscamos. Política se puede hacer en muchos ámbitos, y creo que hay que transmitírselo a la sociedad.

-Las decisiones políticas que se toman se debaten cada vez más en la calle. Desde el ámbito del que provengo, siempre se ha hecho política en la calle y con las personas. Claramente, la política no puede limitarse a lo institucional sin tener en cuenta a la sociedad. No debería ser así.

-Entiendo la participación ciudadana como base para el cambio de la sociedad. Hay que empoderar a la ciudadanía, que puedan tomar decisiones en cualquier ámbito. En estos cuatro años, como dije una vez en un pleno, gracias a la 'tabarra' que ha dado Bildu y al impulso de la sociedad el Gobierno se ha visto obligado a hacer procesos participativos. La base de éstos debe ser la información y la transparencia, y una de las propuestas de EH Bildu es crear una ordenanza municipal que regule los procesos de participación.

-Son muchas, pero no se están explotando. Irun antes tenía industria, y se tomó la decisión de convertirla en una especie de ciudad dormitorio. Otra cosa que no se potencia es el primer sector: uno de nuestros objetivos es la soberanía alimentaria, que se traduce en vivir de lo que nos da la tierra, de lo que tenemos en nuestro ámbito. Potenciar el primer sector puede conllevar cambios en la situación económica, y también crear redes muy interesantes en el municipio.


Oinatz Mitxelena, candidato a alcalde por EH Bildu, en el parque Gain Gainean. / F. DE LA HERA